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domingo, 13 de marzo de 2016

MERKEL DERROTADA EN ALEMANIA

El líder de AfD en Baden-Wuerttemberg, Joerg Meuthen, celebra el resultado

Alemania castiga a los grandes partidos por la crisis de refugiados


Los primeros sondeos atribuyen una clara derrota a Merkel y una subida mayor de la prevista a los populistas xenófobos.

Los 12,7 millones de alemanes llamados el domingo a las urnas dieron un sonoro toque de atención a la canciller Angela Merkel y a sus socios de Gobierno. El malestar social ante la llegada masiva de refugiados impulsa a los populistas de derechas de Alternativa para Alemania (AfD), que confirman su capacidad para sacudir el sistema político alemán. La humillación es enorme para los socialdemócratas, que en dos de los tres Estados en juego quedan por detrás de AfD. Tras estos resultados, las críticas internas a Merkel y el nerviosismo en las filas democristianas crecerán a un año de las elecciones nacionales.Alemania acaba de vivir un terremoto político que afecta a todos los partidos. Y excepto algunos éxitos que se explican sobre todo por motivos personales, el único gran vencedor de la noche es AfD. Se rompe así la excepcionalidad alemana, que a diferencia de sus países vecinos no contaba con una fuerza populista antiinmigración que condicionara la agenda política.
La derrota de la Unión Cristianodemócrata (CDU) no admite paliativos. Hace unos meses, las huestes de Merkel tenían todo a su favor para recuperar los Estados de Baden-Wurtemberg y de Renania-Palatinado. En ambos han fracasado; y cada una de las dos derrotas duele por motivos distintos. La primera, porque este rico y poblado land había sido durante 58 años un feudo conservador. Los Verdes, que llegaron al poder en 2011 impulsados por la catástrofe de Fukushima, confirman ahora su fuerza allí y desplazan a la CDU como primera fuerza. El fracaso en Renania-Palatinado es aún más sorprendente. La candidata democristiana, Julia Klöckner, era una de las figuras con más proyección del partido y hace tiempo que daba por descontada la victoria.
Pero el millón de refugiados llegados el año pasado a Alemania han cambiado las reglas de juego. A Merkel solo le queda el consuelo de que los dos derrotados de su partido habían marcado distancias con su política migratoria. Y, paradójicamente, los dos vencedores —un verde y una socialdemócrata— habían defendido la gestión de la crisis de la canciller con mucho más convencimiento que los democristianos.
Demócrata-cristianos de la CDU, el partido de Merkel, en Renania-Palatinado siguen el escrutinio de las elecciones regionales.

Los resultados del domingo anticipan futuras turbulencias en la CDU. Sus hermanos bávaros de la CSU, que en los últimos meses han ejercido de oposición dentro del Gobierno, no tardaron en reaccionar, y ya exigen un cambio de política.
Nadie espera que estos comicios tengan un efecto equivalente a los de 2005. Entonces, una derrota regional impulsó al canciller Gerhard Schröder a adelantar las elecciones nacionales, lo que a la postre supuso el fin de su Gobierno y el inicio de la era Merkel. Todo apunta a que la líder aguantará. Pero el golpe sufrido promete convertir en un calvario el año y medio que queda de legislatura.
La situación es aún más dramática para sus socios de Gobierno, los socialdemócratas del SPD. En Sajonia-Anhalt y Baden-Wurtemberg quedan ligeramente por encima del 10% y claramente por detrás de AfD, un partido que consideran no democrático. Han logrado salvar los muebles con la victoria en Renania-Palatinado, pero la situación para el líder del partido, Sigmar Gabriel, es de extrema debilidad. Él mismo reconoció que estas elecciones suponen un punto de inflexión y pidió a los miembros del Gobierno que acaben con las disputas que les han consumido en los últimos meses, y de las que al final solo se beneficia AfD.
Una muestra de hasta qué punto estas elecciones cambian el panorama político es que la gran coalición -una fórmula que siempre quedaba como última opción para formar Gobierno- no basta en dos de los tres Estados. La consolidación de AfD -que ya están presentes en ocho de los 16 Parlamentos regionales— complica así la búsqueda de mayorías en un sistema político tan necesitado de pactos como el alemán. El segundo efecto que traerá el éxito de los populistas es la radicalización y polarización del debate público.
EUROPA SE VA A TAMBALEAR CON MERKEL FUERA

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