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sábado, 20 de febrero de 2016

RAJOY TIENE QUE DEJAR PASO A UNA CARA NUEVA

Foto: Ilustración: Raúl Arias

Rajoy replica al debate externo sobre su continuidad: "¿Y yo por qué me voy a ir?"

El presidente del PP afronta una crisis doble, institucional y de futuro de su partido, con una aparente tranquilidad que deja pasmados a sus partidarios y pone de los nervios a los demás.

"¿Y yo, por qué me voy a ir si nadie me lo ha pedido?". Esa es la frase que Mariano Rajoy repite en las reuniones con sus fieles cuando surge el asunto de su posible retirada para facilitar los pactos postelectorales de Pedro Sánchez o la cuestión de la candidatura del PP en el caso de repetirse los comicios. En la dirección del PP le dan la razón, faltaría más. Lo consideran un falso debate inspirado desde lo que llaman "el mundo de los intereses" (de parte del Ibex) para proseguir con su desgaste después del fiasco de la "operación Rivera": la apuesta por Ciudadanos para que tuviera la clave de una nueva mayoría de centro derecha que las urnas negaron el 20-D.
Una vez más, el presidente del PP afronta una crisis que esta vez es doble, institucional y de futuro de su partido, con una aparente tranquilidad que deja pasmados a sus partidarios más cercanos y pone de los nervios a los demás. "Como si manejara unos datos que se guarda y nadie más conoce, o como si contara con futuros acontecimientos que vayan a dar la vuelta a la situación", comentan sus fieles. Y vuelven a recordar la templanza con que Rajoy lidió la derrota electoral de 2008, el posterior congreso de Valencia o la negativa a pedir el rescate a la UE en 2012.
También insisten los marianistas en que "nadie se ha movido hasta ahora en el partido en su contra" ni él mismo se cree un problema para el Partido Popular, por el momento. Y que si llegara a serlo sería el primero en admitirlo y abrir un proceso de sucesión ordenado, nunca antes de los comicios de junio que empiezan a parecer inevitables.
Todo el debate público lo achaca al malestar que algunas de sus decisiones económicas han dejado en ciertos grupos de intereses empresariales o de medios
Todo el debate público que ve en los medios, dicen las mismas fuentes, lo achaca al malestar que algunas de sus decisiones económicas han dejado en determinados grupos de intereses empresariales o de medios. Y sus partidarios, además de darle la razón, le jalean como "el jefe del Ejecutivo más independiente que ha tenido España", aunque esa cualidad del jefe les cueste la animadversión de buena parte de lo que Felipe González llamaba "la opinión publicada".
En el Gobierno, en la dirección del partido, en los grupos parlamentarios y al frente de las organizaciones regionales no queda un sólo crítico con Rajoy. La marcha de Esperanza Aguirre, utilizada también desde fuera como factor de desgaste para el jefe del Ejecutivo en funciones, en el orden interno ha servido para consolidar aún más la autoridad del líder. El PP de Madrid ha dejado de ser un foco de disidencia.
Esperanza Aguirre tras presentar su dimisión como presidenta del PP de Madrid, el 14 de febrero. (EFE)
Esperanza Aguirre tras presentar su dimisión como presidenta del PP de Madrid, el 14 de febrero. (EFE)
José María Aznar, después del nulo eco que tuvieron sus palabras ante el comité ejecutivo de los populares después de las elecciones, prepara otra 'reaparición', pero para después de que se despeje el resultado del primer debate de investidura convocado para el 2 de marzo. Entonces resaltó la gravedad del resultado y la ruptura del espacio del centro derecha, pero se sumó al respaldó unánime de todos los presentes para que Rajoy intentara la reelección por la vía de los pactos.
El presidente del Gobierno contó a David Cameron en Bruselas las mismas hipótesis que maneja en la dirección del PP: que lo más probable es que se tengan que repetir los comicios porque Pedro Sánchez se niega a pactar con él (quedó muy claro el 23 de diciembre) y las cuentas con Podemos y los independentistas son muy complicadas salvo que el dirigente socialista se comprometa a facilitar sus objetivos de liquidación de la unidad de España.
Rajoy plantea su intervención en el debate de la investidura de Sánchez como primer discurso preelectoral. En medios de los populares ya hablan de la inevitable "segunda vuelta", aunque los escándalos nuevos (Valencia) y viejos (Púnica) les desmonten todas las aspiraciones de lograr al menos una quincena de escaños más a costa de Ciudadanos. Es más, hasta se temen que repetidas las elecciones tengan que volver a plantear al PSOE, con o sin Sánchez al frente, la salida de un Gobierno constitucionalista entre populares y socialistas para sostener la arquitectura constitucional frente al empuje de Podemos. Es la misma fórmula con que está apuntalada la Comisión Europea desde los últimos comicios.
En el PP puntualizan desde la semana pasada que Rajoy optará a su propia investidura si fracasa la de Sánchez solo en el caso de que cuente entonces con apoyos para salir adelante. Si nada cambia en los dos meses fijados para convocar otra vez elecciones, el presidente del Gobierno volverá a ser el candidato del PP el 26 de junio, "porque no se cambia de caballo en medio de una carrera", advierten.
"Si pasamos a la oposición, en marzo o en junio, habrá cartas nuevas. Hasta entonces, nadie planteará a Rajoy que se vaya", afirman fuentes del PP
Lo único que podría modificar esos planes de la dirección del PP sería la caída de Pedro Sánchez como candidato del PSOE, y siempre en el caso de que le sucediera Susana Díaz, según reconocen algunos dirigentes del PP. "Si pasamos a la oposición, en marzo o en junio, habrá cartas nuevas. Hasta entonces, nadie planteará a Rajoy que se vaya", añaden.
Sobre las llamadas externas a que los populares se abstengan con el fin de que Sánchez pueda gobernar (con el programa de Ciudadanos), la opinión es unánime: "Votaremos 'no' en cualquier caso, con Rajoy o sin Rajoy".
SE NECESITAN CARAS NUEVAS Y REGENRACIÓN DEL PARTIDO.

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