No sé cómo empezar esta reflexión, así que lo haré con un análisis numérico sencillo. Tras las elecciones de 2015, en el Parlamento regional había veintiocho diputados de los partidos que ahora apoyan la cooficialidad, en el de 2019 veintiséis y en la actualidad veintitrés. Teniendo en cuenta que para reformar el Estatuto Autonomía son necesarios veintisiete votos, la actual iniciativa parlamentaria parece enfocada a desviar la atención de los verdaderos problemas de esta comunidad.
El anterior presidente del Principado, Javier Fernández, siempre se opuso a esta iniciativa porque consideraba que “la cooficialidad no daría a los asturianos el derecho a usar su lengua (ya lo reconocen el vigente Estatuto y la ley 1/1998 de Uso y Promoción del Bable/Asturiano), sino que haría que el bable tuviese hablantes obligados”.
Un filólogo y amigo, José García, me dijo muchas veces que “Los bables ya fueron normalizados por el castellano. Lo que hay que hacer es mantener la riqueza lingüística de nuestros bables y protegerlos”. Comparto esta opinión y lo hago porque nací en una aldea de montaña en los años cincuenta y “aquel bable” es mi lengua materna, en la que me comunico con naturalidad con mis amigos y vecinos cada vez que voy allí. Por eso me cuesta entender que no se esté a favor de nuestra pluralidad lingüística.
Sumario: Reflexión sobre la iniciativa para aprobar la cooficialidad del asturiano
Destacado: No hay ningún problema lingüístico en Asturias; no creen un problema donde no existe
No hay ningún problema lingüístico en Asturias. No creen un problema donde no existe. Puedo entender que no seamos capaces de resolver algunos de los problemas que tenemos, pero no puedo entender que se cree un problema donde no lo hay.
Por favor, recapaciten. En Asturias tenemos graves problemas que hay que afrontar con rigor y no tiene ningún sentido invertir los escasos recursos disponibles en resolver un problema inexistente. Recuerden que en la página 229 del informe encargado por la Consejería de Cultura, Política Lingüística y Turismo en la pasada legislatura, se cifraba el coste de la cooficialidad entre 65 millones de euros (implantación moderada) y 200 millones de euros (implantación intensa).
Confío que la iniciativa no tenga el apoyo necesario y Asturias pueda utilizar los recursos disponibles (siempre escasos) en resolver sus problemas reales: sanidad, formación profesional, descarbonización, comunicaciones, despoblación del territorio rural, natalidad y envejecimiento de la población, en vez de crear uno nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario