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martes, 11 de junio de 2024

EL POZO SIN FONDO.

UNA AVENTURA PARA LA HUMANIDAD.

Tras el informe al Club de Roma de 1982: "Microelectrónica y sociedad, para bien o para mal", apenas nada se hizo por adaptar la sociedad para bien, y seguimos igual yendo más rápido hacia un final. La Bolsa de Nueva York se comunica con la de Chicago a alta velocidad, pues las operaciones bursátiles cursan en nanosegundos bajo control de una IA: los humanos han quedado fuera de ese largo plazo que resulta para La Máquina el nivel de percepción humana. Ni los que ganan ni los que pierden saben lo que ha ocurrido en el justo instante, solo a posteriori los resultados les satisfacen o no. Los que no buscarán resarcirse manipulando políticamente a la gente como clientes y votantes para seguir en el juego. Al final, la gente pierde: el 1% de la población ha acaparado el doble de la riqueza del 99% restante.

Según J. M. Keynes: "La dificultad no estriba en las ideas nuevas, sino en escapar de las viejas". Además ahora deberíamos huir de los nuevos malos usos que hacemos con la IA. Se debería ir a un nuevo estadio mejorando lo bueno del pasado, y no al albur de un torrente tecnológico usado para competir con saña y no colaborar. Competimos por un momento de triunfo y no para hacer realidad: actividad, libertad y bienestar del cliente y votante.

Stephen Hawking, que vivía ligado a una máquina, dijo poco antes de su fin: "El desarrollo de una inteligencia artificial completa podría significar el fin de la raza humana". No obstante, es inigualable la ayuda de La Máquina (robots más IA) cuando hace posible fábricas que funcionan con un único empleado y su perro: "El humano estaría para dar de comer y cuidar al perro, y el perro para que ningún humano se acerque a La Máquina". Previamente, para ello, tendría que cumplirse: primera ley.-"Ninguna IA usando La Máquina dará servicio directamente a una persona, a no ser que La Máquina esté siendo utilizada por otra persona presente"; segunda ley.-"Toda venta de un producto culminará entre personas: una entrega el producto, otra paga, y la otra entrega el ticket". Sin empleos en el sector fabril, solo quedaría el sector servicios para servir a clientes y votantes. Adam Schaff nos advertía en 1987: "La sociedad ha de integrar a los liberados del trabajo asalariado en el reparto de la riqueza, la cual debería ser distribuida de otra manera en una revolución sin barricadas ni muertes". Si la clase obrera desaparece, ¿qué la podrá sustituir sin barricadas ni muertes?

P.S.: ¿Se imaginan una IA editando y redactando un periódico según todos los datos digitalizados captados en la red, sin otro principio ético que no sea el del beneficio económico ganando clientes y con poder de control sobre lo que elige la gente? Pues eso: ni es noticia ni novedad, ni se lo tienen que imaginar.

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