UNA MENTIRA MÁS
Tengo la “desgracia” de tener que viajar semanalmente a Madrid por trabajo mientras mi familia se queda en Oviedo. Intento cumplir con mis obligaciones laborales y personales confiando en que llegaré a la hora que Renfe me indica (no olvidemos que el billete es un contrato que ambas partes deberían cumplir). Pues eso me lo ponen muy difícil. Me harto de pedir disculpas por llegar tarde para ir y para volver y pierdo tiempo de mi vida en unos retrasos constantes que nunca se solucionan. Lo único que ha pasado desde la puesta del AVE en funcionamiento es el inasequible precio de los billetes (desde que nos vendieron un AVE que tarda teóricamente 3 horas y 8 minutos en hacer 450 kilómetros por lo que de alta velocidad tiene poco), que ha disminuido la comodidad de los vagones (frente al Alvia el AVE tiene todas las de perder) y los retrasos son una constante (y no son de 15 minutos).
Ahora Renfe ha decidido dejar de indemnizar por los retrasos de menos de ¡90 minutos! Me gustaría saber cuál es la rentabilidad neta obtenida desde que comenzó el servicio a mediados de mayo porque aunque no todo el mundo que tiene derecho a la indemnización la reclama creo que los números deben ser un desastre, alegando “comparar este atributo a las compañías de bajo coste”. Claro, se equiparan en lo que quieren, ¿por qué no lo hacen también en precio y no solo en lo que a ellos les beneficia? Utilizan su monopolio como les da la gana y encima tenemos que estar agradecidos de pagar más de 100 euros por un billete de ida en tren a la Meseta y que vaya y venga con 50 minutos de retraso.
En virtud de lo expuesto, y con fundamento en el cumplimiento defectuoso del contrato de transporte concertado con la compañía referenciada, creo que no tengo más que el derecho al pataleo, pero, por favor, señores de LNE, cuenten la realidad de los asturianos que intentamos mantener nuestra residencia en Asturias a pesar de la increíble gestión de esta comunidad autónoma y este Gobierno central.
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