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sábado, 13 de enero de 2024

ANTES EL HOMBRE QUE LA TECNOLOGIA.

 MENOS HUMANOS

En nuestra sociedad online, de inmediatez y pose, cada uno está viviendo su "insoportable levedad del ser". E invocando al genio de la lámpara maravillosa para que se cumplan sus deseos. Es muy importante recordar que, hasta hace 70 años, la inmensa mayoría de las clases trabajadoras y medias superaba por muy poco el nivel de subsistencia. Pero hoy, en plena opulencia aparente, veneramos solo el confort, las comodidades y la tecnología, siendo el comercio piedra angular de la sociedad, si no base de la civilización. Hemos supeditado todo al ideal de la "la calidad de vida" y lo que importa es "gestionar" la vida como poliedro. La gente bien instalada en este modelo de sociedad se morirá de éxito, pero muchos de ellos sin familia, sin hijos y sin nadie compasivo hacia su vejez. El hiperindividualismo ansioso es ley. La gente quiere probarlo todo, vivirlo todo a tope, confirmar que hay vida antes de ser un bonito, estético cadáver. Ha calado una muy precavida moral hobbesiana. Existen sucedáneas redes sociales de seres agazapados tras una pantalla, buscando likes o lanzando soflamas, insultos y basura psíquica en contra de los políticos y el sistema, en el que participan gustosos como clientes del capitalismo de datos y tendencias. Hemos pasado de una sociedad de sublimación total de la mujer como esposa, madre y virgen, de adoración de la mujer como portadora de valores de maternidad, a un mundo occidental sin niños ni familias protectoras, que desprovee de todo valor a la maternidad, a los cuidados y a una familia que no sea cohabitación de intereses desarraigados, de mentalidades caprichosas inmaduras y de una sexualidad vacía que imita al porno. Hoy es muchísimo más fácil hacer sexo que encontrar una persona con la que puedas tener un compromiso duradero, valioso y compartido a todos los niveles. Tal vez las enfermedades mentales graves no crezcan, pero los trastornos de malestar psíquico son una verdadera pandemia. Muchos pensadores racionalistas como Steven Pinker ven lo positivo de sociedades con derechos, cada vez menos violentas, más tolerantes, menos ignorantes y con más oportunidades para la gente sencilla, tomando como referencia un pasado no lejano de matanzas, guerras, breve longevidad, ignorancia total, dogmatismo confesional cruel, hambrunas. Los desafíos son bien sabidos: cambio climático, conciencia ecológica, equidad social, respeto sabio por la paz intercultural, conocimiento, extensión y efectividad vinculante de los derechos humanos. Por la elegancia espiritual cordial, los vínculos humanos significativos, un nuevo pacto social basado en los cuidados. El optimismo como salud vitalista. Hay muchas cosas, coches y máquinas. Las personas deben importar bastante más.

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