«A los 13 años creí que era trans, me equivocaba. Fui abusada y huía de mi cuerpo»
La 'ley Trans' elimina los informes médicos y psicológicos como diagnóstico. Jóvenes que han 'detransicionado', como Ame G., de 19 años, y agrupaciones como Amanda, con hijos que sufren disforia de género acelerada, critican el peligro de que sea un error de por vida
Disforia de género es una sensación de incomodidad, de angustia, el padecimiento de las personas que desearían no haber nacido con los atributos de su sexo y sufren por ello. Es un trastorno, puede ser pasajero u ocasional, máxime en un tiempo tan basculante como la adolescencia. Suele ser un síntoma de algo más profundo que no va bien, simplemente. Compartían ese odio hacia el cuerpo propio, que normalmente va acompañado de conductas autolesivas, las 4.000 niñas que en Reino Unido se acogieron a la ley británica para transicionar y que luego se arrepintieron.
En nuestro país, la 'ley Trans' elimina el requisito de contar con informes médicos y psicológicos antes de cambiar el género asignado al nacer, con terapias hormonales, bloqueadores de la pubertad y cirugía genital en su caso. Y hay familias que están que trinan por este asunto. En Suecia, una ley similar a la española dio alas en 2014 a la libre autodeterminación de género, pero la cantidad de personas que transicionaron «por error», según confesaron, y que ya no pueden volver atrás ha obligado a que el Parlamento la tumbe y devuelva la norma a la rampa de salida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario