Un año sin explicaciones sobre la tesis plagiada del presidente del Gobierno
Pedro Sánchez dijo que comparecería en el Senado, pero después decidió no hacerlo
«Pedro Sánchez plagió su tesis doctoral». Este mensaje, claro y conciso, fue el que los lectores de ABC pudieron leer en la portada de este diario publicada hace justo un año. Aquel día, la investigación llevada a cabo por el periodista Javier Chicote reveló que el presidente del Gobierno, que apenas llevaba tres meses en La Moncloa, «copió sin citar a otros autores, “fusiló” informes del Gobierno de Zapatero y volcó en su tesis artículos suyos ya publicados». Un año después, nada ha cambiado salvo la interinidad de su puesto como jefe de un Ejecutivo que lleva 138 días en funciones: no ha dado explicaciones, la comisión de investigación decayó tras la convocatoria de elecciones y las dudas sobre su tesis doctoral siguen siendo muchas.
La primera reacción de Sánchez fue la amenaza. En un comunicado, el presidente del Gobierno aseguró que se sentía «orgulloso» de su tesis universitaria y manifestó que, si ABC no rectificaba su información, interpondría una denuncia. La respuesta de este medio de comunicación llegó al día siguiente con un editorial llamado «ABC se reafirma», un título que también aparecía en la portada. La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, volvió a pedir a ABC que rectificara y La Moncloa lanzó un nuevo comunicado en el que reconocía un 13 por ciento de plagio tras el informe de una herramienta informática, Turnitin. Esta cifra quedó rebajada hasta el 0,96 por ciento según otra herramienta empleada por el Ejecutivo, PlagScan.
Fue ese mismo día 14, en el que se informaba también de las irregularidades del tribunal de «afines, inexpertos y novatos» que evaluó al presidente, cuando ABC recibió un burofax desde La Moncloa que difundió en la portada del día siguiente. La primera página del diario publicado aquel día insistía en el mensaje: «Nos ratificamos». Las informaciones se sucedieron, una tras otra. El día 15, este diario analizó la necesidad que tenía la Universidad Camilo José Cela (UCJC), en la que Sánchez defendió su tesis, de formar doctores para amoldarse a la Ley de Universidades. En el curso 2007/2008 solo dos alumnos se doctoraron en la UCJC, mientras que en los nueve años siguientes lo hicieron otros 169.
«Compareceré»
El 17 de septiembre, el PSOE organizó un acto a la medida de Sánchez para celebrar sus cien días como presidente, un símbolo de la huida hacia delante que estaba protagonizando y de la que no ha desistido todavía. Pero todavía tenía muchos obstáculos que sortear por el camino: al día siguiente, PlagScan aseguró que La Moncloa había maquillado el análisis hecho con su herramienta a la tesis y elevó el plagio hasta el 21 por ciento, 20 puntos por encima de lo asegurado por el propio Gobierno. Además, la otra empresa implicada, Turnitin, aseguró que no tenían constancia de que el Ejecutivo tuviera licencia para utilizar su herramienta.
El 19 de septiembre, el Partido Popular anunció que aprovecharía su mayoría absoluta en el Senado para forzar una comparecencia de Sánchez. Las cosas continuaron complicándose para el presidente del Gobierno y, al día siguiente, Podemos comenzó a retirarle su apoyo ante las sucesivas informaciones reveladas por este diario. «Copiar sin citar es cutre», manifestó Pablo Iglesias. Sánchez, que estaba en Salzburgo, dijo que acudiría a la Cámara Alta: «Si el PP quiere que comparezca en el Senado, compareceré».
Pero no lo hizo. El 9 de octubre, el gabinete del presidente comunicó que no acudiría al pleno convocado para dar explicaciones sobre su tesis del día 23. Esta decisión la tomó a pesar de las nuevas informaciones que avisaban de que en el libro que condensaba la tesis plagió 161 líneas de seis textos ajenos y que incluso copió dos veces en la misma página un párrafo. Los populares impulsaron entonces una comisión de investigación en la Cámara Alta, pero decayó por la convocatoria electoral de abril.
Desde la exclusiva de ABC, Sánchez ha estado embarcado en un viaje hacia el olvido del asunto. Una huida hacia delante que ya dura 365 días por su idea de que no hay nada que aclarar, ni ante los ciudadanos ni ante sus representantes en las Cortes.
ESA ES LA TRANSPARENCIA DEL GOBIERNO.
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