Podemos pide el referéndum para el Sáhara, pero evita hacerlo desde el Gobierno
Moncloa cree que lo peor ha pasado y Sánchez retoma su agenda económica.
Podemos está manteniendo un complejo equilibrio ante la crisis de Ceuta, diferenciando su posición en el Ejecutivo de coalición respecto a la interna en el partido. Así, este miércoles, desde dentro de la formación, su máxima responsable de Internacional, la eurodiputada Idoia Villanueva reclamó en las redes sociales no ceder al «chantaje» de Marruecos, al que acusa de «presionar» a España, y volvió a defender el referéndum para el Sahara. Un punto que compromete al Gobierno, cuya presidencia pide lealtad. Con esta reiteración, Podemos no renuncia a sus reivindicaciones, la consulta está reflejada en el punto 118 del programa electoral, pero sí evita polemizar con ello en el Gobierno de coalición.
La prudencia que Unidas Podemos (UP) ha mantenido en la primera gran crisis migratoria que gestiona el Ejecutivo de coalición después de que Pablo Iglesias, el exvicepresidente segundo, dejase la política obedece a un cálculo. En marzo, el muelle canario de Arguineguín colapsó por la llegada de inmigrantes en situación irregular desde Marruecos. En aquel momento, Iglesias llevó al límite los vínculos en la coalición reiterando su apoyo al Frente Polisario y tensó la relación diplomática de España y Marruecos. Lo hizo incluso horas antes de que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, viajara a una reunión en Rabat.
Sin embargo, en esta ocasión UP está evitando polemizar y mantienen un perfil bajo. Fuentes del grupo parlamentario explicaron a ABC que la vicepresidenta tercera y líder de UP, Yolanda Díaz, prefirió evitar conflictos internos debido a la gravedad de la situación y al número de países afectados en el conflicto. «El Gobierno tiene que estar a una ahora», señalan las mismas fuentes. Esta respuesta de Podemos encaja con la actitud que Díaz busca implantar como norma: Podemos como partido sigue manteniendo sus ideas, pero las traslada a través de portavoces con una proyección pública menor.
La ministra de Derechos Sociales y futura líder de Podemos, Ione Belarra, asumió el tono de Díaz. «Llevamos trabajando desde el primer minuto para dar una salida a esta crisis que tenga como eje fundamental el cumplimiento de los derechos humanos, es una crisis aparentemente migratoria, pero detrás hay otra diplomática y claramente humanitaria», dijo en TVE.
La líder de UP también quiso evitar las chispas con sus socios en el Gobierno como ocurrió hace dos meses, cuando Iglesias exasperó a los ministros socialistas con la crisis migratoria en Canarias, aunque desde el partido morado insistieran en la consulta. En aquel momento, el exlíder de Podemos y el grupo parlamentario embistieron contra las ‘devoluciones en caliente’ y reclamaron al Ejecutivo garantizar la celebración de un referéndum de autodeterminación.
Canales diplomáticos
En el Gobierno están convencidos de que lo peor de la crisis ya pasó. «Por cerrado no se puede dar. Pero sí creemos que Marruecos está bajando el diapasón y que empieza a ejercer el control fronterizo», dicen, planteando que hay que esperar 48 horas para ver si efectivamente baja la presión. En el Ejecutivo creen que la respuesta unánime de la UE ha sido clave. El termómetro será si la embajadora vuelve, algo que el Gobierno desea que suceda pronto. En La Moncloa consideran «muy grave» la crisis, pero quieren derivarla a canales diplomáticos más discretos.
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