El PSOE se abstiene y bloquea la 'ley Trans' que ideó la izquierda parlamentaria para sortear a La Moncloa
Irene Montero quiere reactivar la ley de Igualdad, que sigue paralizada en La Moncloa, antes del Día del Orgullo LGTBI
La «deuda histórica» que Irene Montero quiere saldar con el colectivo transexual tendrá que esperar. Al menos, por lo que respecta a sus socios en el Gobierno de coalición, que mantienen bloqueada en La Moncloa la ley que diseñó el Ministerio de Igualdad por «falta de seguridad jurídica», en palabras de la vicepresidenta primera Carmen Calvo. Ante esa «inoperancia», denunciada esta tarde por la izquierda parlamentaria, seis formaciones decidieron registrar en el Congreso de los Diputados el pasado marzo un texto clonado de esa ley y poner en un brete a los socialistas. Todas las miradas del colectivo estaban hoy fijadas en la posición de ese Grupo Parlamentario, que finalmente impide, con su voto neutro, que la alternativa (o ‘ley Trans Bis’) continúe su andadura parlamentaria. La propuesta ha sido rechazada con 78 votos a favor, 143 en contra y 120 abstenciones.
Por la mañana, en los pasillos del Congreso, el secretario general del Grupo Socialista, Rafael Simancas, ya había despejado la incógnita; el PSOE quiere que sea el Gobierno el que dirija esta legislación y la lleve al Parlamento, aunque ello suponga una larga espera. Los socialistas opinan que Montero pergeñó una ley que contiene puntos anticonstitucionales y es «mejorable».
Puntos más polémicos
En el redactado de las dos ‘leyes Trans’, la original y la calcada, se encuentran los mismos mandatos, punto por punto: el reconocimiento al aborto y reproducción asistida para personas transexuales y la autodeterminación de género sin necesidad de consentimiento paterno. También incluye una tercera casilla para el registro del género no binario (aquellas personas que no se identifican ni como hombre ni mujer).
En palabras de la diputada socialista Susana Ros, que ha defendido la abstención en el pleno del hemiciclo, «el Gobierno trabaja en hacer una buena ley porque la iniciativa debatida presenta graves deficiencias». El PSOE afea, entre otras cosas, que la persona transexual pueda cambiar su identidad en el Registro Civil solo por voluntad propia. También consideran que Montero y los socios de gobierno han introducido un claro sesgo de postulados ‘queer’ que anulan el sexo biológico, lo que abre un auténtico cisma entre los socios que ha vuelto a evidenciarse en la jornada de hoy. Se trata, además, de la primera gran crisis entre Unidas Podemos (UP) y PSOEtras la salida de Pablo Iglesias del Consejo de Ministros.
La lluvia de reproches de ERC y otros cinco partidos de la izquierda parlamentaria (Mas País /Equo; Compromís; Junts per Catalunya;BNG;CUP y Nueva Canarias ) a los socialistas arreció durante el debate vespertino. Estas seis formaciones, a las que apoyaron con sus votos en verde Cs, PNV y Bildu, idearon una fórmula alternativa «prácticamente idéntica» a la de Montero, según el diputado Pablo Echenique; si bien la ministra, que ayer quiso intervenir impelida por la obligación de su cargo, reconoció que «tiene un par de mejoras». Visiblemente molesta con el PSOE, ha pedido perdón al colectivo trans, que escuchaba en una sala de visitas adicional al hemiciclo. Asumió el fracaso de no haber sido ella quien, desde el Ministerio, defendiese la reforma.
Para la diputada popular Margarita Prohens, UP y PSOE lo han vuelto a hacer y usan como «arma arrojadiza» a un colectivo al que privan de un «debate sosegado». «Esta proposición de ley llega acompañada de mucho ruido. UP y PSOE están metidos en su lucha de poder», ha reprobado.
La fractura se evidenció en los gestos. Irene Moreno se abrazaba a Juantxo López de Uralde, diputado de Equo, y saludaba efusiva a Gabriel Rufián, que solo intervino por «mandato de una amiga trans» que le había pedido dar la réplica a la diputada de Vox, Lourdes Méndez Monasterio, a quien el republicano espetó que una mujer trans «es una, grande y libre. A ver si así la derecha entiende la necesidad de defender sus derechos», dijo. La diputada de Voz, por su parte, condenó que la propuesta permita tomar bloqueadores hormonales que frenen la pubertad de los niños desde sus 9 años.
El PSOE ‘devolvió’ con su voto abstencionista el que pulsó el partido morado para la toma en consideración de la llamada ‘ley Zerolo’ (ley contra todas las discriminaciones), aunque en esa ocasión, en febrero pasado, la propuesta socialista sí logró el plácet mayoritario y continúa en la Cámara Baja.
En representación de Mas País, Iñigo Errejón arengó al PSOE a no bloquear esta alternativa; y junto al diputado de Compromís, Joan Baldoví, clamaron contra el PP y Vox por «ir contra el progreso y permitir el maltrato estructural» al colectivo, y eso pese a que catorce autonomías (Madrid y Murcia, entre ellas) tienen reconocidos en sus legislaciones los derechos del colectivo.
La cuestión divide al feminismo clásico, que momentos antes del debate emplazó al PSOE a no detenerse en una «abstención cobarde» y oponerse al «borrado de las mujeres», cuyos derechos ven peligrar si se reconoce jurídicamente la autodeterminación de género y se vacía de contenido la categoría de sexo, pero las asociaciones LGTBI reclaman dicha autodeterminación y recuerdan al Gobierno (en su conjunto) que prometió esta ley.
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