El aborto ya no es un derecho en Estados Unidos
La decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos por la que deroga el aborto como un derecho fundamental reconocido constitucionalmente en el país es histórica
La decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos por la que deroga el aborto como un derecho fundamental reconocido constitucionalmente en el país es histórica. Desde 1973 no se había revisado la consideración del aborto como una garantía esencial, y por eso cobra una relevancia sustancial que sin duda puede impactar de modo indirecto en las regulaciones de otros países. Es cierto que el Supremo norteamericano deja en manos de cada Estado la manera de regular la interrupción del embarazo. Es decir, no lo prohíbe, aunque son numerosos los Estados que lo mantendrán prohibido en función de sus autónomos criterios legislativos.
Es un triunfo moral porque rompe las múltiples protecciones jurídicas que desde aquel año, casi cinco décadas, regían para toda mujer que quisiera abortar.
Hasta ahora muchos jueces se habían negado a adoptar decisiones restrictivas en virtud de aquella doctrina, de modo que favorecían esta práctica tan inhumana. Ahora queda roto ese techo de falsos derechos.
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