sábado, 30 de abril de 2022

LA OPCIÓN DLE PSOE ES BILDU

 La opción del PSOE es Bildu

Los socialistas han consumado unos pactos escandalosos con terroristas sin arrepentirse y con golpistas contumaces a cambio de aprobar un decreto que en nada resuelve la crisis

Nada cambia con Pedro Sánchez en La Moncloa y todo empeora, aunque parezca difícil. Los socialistas sacaron ayer adelante la convalidación del real decreto-ley anticrisis con el apoyo de EH Bildu, como contraprestación a la entrada de los proetarras en la comisión de gastos reservados, en la que tendrán acceso a información confidencial elaborada por el Centro Nacional de Inteligencia. El sueño de ETA se está haciendo realidad con Sánchez en La Moncloa, porque, en efecto, está en la dirección del Estado que quieren destruir. El voto de Bildu, como antes fue su pacto con el PSOE para derogar la reforma laboral del Partido Popular, no es una humillación a Pedro Sánchez, sino la ejecución escrupulosa de un acuerdo político de los socialistas con la izquierda proetarra.

Nada cambia y nada sucede sin la voluntad expresa de Sánchez de que los sucesores de ETA sean socios de referencia en un proyecto cuyo fin último es la confrontación con la derecha y la derogación paulatina del Estado constitucional de 1978. La desafección ayer de Esquerra Republicana de Cataluña es un gesto sin más recorrido, porque entrando también en la comisión de gastos reservados ganan más de lo que pierden votando en contra del Gobierno. El reparto de papeles entre Bildu y ERC funciona a la perfección para garantizar al PSOE y a Pedro Sánchez la continuidad en el poder, único proyecto político que vertebra la coalición de Gobierno y la alianza con separatistas y proetarras.

El PSOE prefiere a Bildu y a ERC, y no al PP ni a Ciudadanos. No tiene sentido seguir pensando que los socialistas son empujados a los brazos de Otegi y Rufián por la cicatería de los populares. Es una opción consciente y constante por los partidos más anticonstitucionales de la política española. Esta opción alcanza al PSOE en su conjunto, a los parlamentarios y a todos los ministros socialistas del Ejecutivo. Eso de criticar en privado y callar en público no es un ejercicio de responsabilidad, sino de cobardía. El Gobierno es un órgano colegiado y sus decisiones son tan solidarias como el consentimiento que prestan sus miembros a los votos de separatistas y proetarras para seguir en sus cargos. No vale seguir en la mesa del Consejo de Ministros y luego denostar de los apoyos que les permiten seguir en el Gobierno.

Los socialistas no existen como partido político, sino como gabinete personal de Pedro Sánchez. Han procesado internamente unos pactos escandalosos con terroristas sin arrepentirse y con golpistas contumaces. Sus lecciones al PP sobre con quién pactar o no pactar resultan, en estas condiciones, un acto de inmoralidad política. El saneamiento ético, político y legal del país será una tarea prioritaria para quien lidere el cambio de gobierno. Ahora mismo, las instituciones del Estado están infectadas por los pactos del PSOE con el comunismo pro-Putin, el separatismo golpista catalán y el frente político de ETA. Solo faltaba llevar esta alianza siniestra al corazón de la seguridad del Estado, a la comisión de gastos reservados donde, hasta ahora, el PSOE y el PP habían preservado de común acuerdo la confidencialidad del CNI. Para el socialismo español hay un objetivo prioritario, la coalición de una izquierda revanchista, por el que merece la pena sacrificar hasta el último escrúpulo moral. El voto negativo del PP era la única opción política que le quedaba a Núñez Feijóo. Y era por cierto la única que debió mantener desde el principio sin jugar al despiste condicionado. Debió prever que su esfuerzo negociador iba a ser despreciado por el Gobierno. Ahora Feijóo ya sabe la pauta de lo que le espera hasta el final de la legislatura.

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