Kubati, de asesino sanguinario a acusado de organizar 'ongi etorri'
Mató a trece personas, salió de la cárcel en 2013 y ha sido detenido varias veces en los últimos años por su presunta implicación en homenajes a otros etarras
De ser uno de los asesinos más sanguinarios en la historia de ETA a estar investigado por la Justicia por organizar 'ongi etorri' (bienvenidas en euskera) a otros etarras durante los últimos años. Ese es el recorrido de José Antonio López Ruiz, alias Kubati, que en 2013 salió de la cárcel del Puerto de Santa María (Cádiz) tras cumplir 26 de los más de 1.200 años a los que fue condenado como responsable de trece asesinatos consumados y otros dieciséis intentos fallidos.
Fue uno de los que se beneficiaron de la derogación de la 'doctrina Parot', contra la que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) falló ese mismo año, lo que abrió la puerta a varios etarras que seguían en prisión gracias a esa doctrina que permitía la acumulación de sus condenas y, por tanto, que permanecieran más tiempo entre rejas.
Miembro del brutal comando Goierri, en su currículum criminal destacan hitos como la carta que escribió desde la cárcel y que publicó el diario proetarra 'Egin' en 1994 sobre el entonces líder del PP de Guipúzcoa, Gregorio Ordóñez. En ella, Kubati ponía en la diana al dirigente popular apuntando su «deseo esperanzador de que algún día, al poner la radio, oiga por ella una buena noticia que me alegre el día». Cuatro meses después, ETA asesinaba a Gregorio Ordóñez mientras comía con otros compañeros de partido en un restaurante de San Sebastián. Kubati también protagonizó otro asesinato histórico una década antes. En 1986 ejecutó a la etarra arrepentida Dolores González, alias Yoyes, en plena plaza de Ordizia (Guipúzcoa) y delante de su hijo de tres años.
Investigado por otros homenajes
Actualmente se encuentra en libertad provisional después de que a principios de 2020 fuera detenido por la Guardia Civil precisamente por organizar homenajes públicos a otros etarras. En ese momento formaba parte de la comisión de presos de Sortu, el partido heredero de Batasuna y pilar fundamental de Bildu, la marca política que lidera Otegi.
Fue detenido junto a otros tres miembros de Sortu en esa operación de la Audiencia Nacional para investigar un centenar de estos 'ongi etorri' entre 2016 y 2019. El juez Manuel García Castellón cree que en esos actos pudo haber enaltecimiento del terrorismo y humillación y menosprecio a las víctimas. Kubati declaró poco después para negar que organizara esas bienvenidas, que según él se celebran de forma casi espontánea. El pasado mes de junio fueron detenidos otros dos antiguos presos etarras por la misma causa.
No era la primera vez que detenían a Kubati por homenajes públicos a destacados miembros de ETA. Ya en marzo de 2018 fue arrestado por un acto similar a Belén González Peñalva pocos días después de que ésta falleciera con varios asesinatos a sus espaldas, por los que fue condenada a 700 años de cárcel.
Dice que está «en paz»
Y hace poco más de un año, en octubre de 2020, Kubati volvió a sentarse en la Audiencia Nacional, esta vez como presunto autor del asesinato de dos guardias civiles en el atentado contra la casa cuartel de la localidad guipuzcoana de Aretxabaleta en 1986, el mismo año en el que ejecutó a su excompañera Yoyes. Finalmente fue absuelto, pese a que sus huellas aparecieron en unos tubos de PVC que se usaron como lanzagranadas en ese atentado, aunque no pudo acreditarse que fuera él quien lo perpetró.
En ese juicio, dijo sobre las víctimas de ETA que «yo sé que tienen un dolor muy grande y soy consciente de eso», pero añadió que «cada uno tienen sus momentos para reflexionar y para ponerte en paz contigo mismo y yo eso lo he hecho» porque, según decía Kubati ya el año pasado, «estamos en otra fase y tenemos que ser coherentes». Todo ello después de intentar una treintena de asesinatos, de provocar trece muertes y pasar 26 años en la cárcel.
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