sábado, 3 de julio de 2021

SÁNCHEZ REINVIDICA LOS INDULTOS ANTE EL COMITÉ FEDERAL Y PRESIDE UNA EVOLUCIÓN SOCIAL A FAVOR DE LA MEDIDA.

 Sánchez reivindica los indultos ante el Comité Federal y predice una evolución social a favor de la medida

El presidente se centra en defender los indultos ante un Comité Federal rendido a sus pies.

Ovacionado antes de empezar, interrumpido de forma habitual por los miembros del Comité Federal, Pedro Sánchez ha impartido una sesión de coaching motivacional para apretar las filas del partido en torno a él y a su decisión de haber concedido los indultos a los nuevos presos que lideraron el proceso independentista. Lo ha hecho desde la tranquilidad de que el partido está plegado a su voluntad, con la inicial resistencia a la medida en fase claramente menguante. Y sin la presencia de voces críticas.

El presidente del Gobierno no solo no ha querido pasar de puntillas por esta cuestión, sino que la ha abordado desde el primer momento de su intervención. Rememorando a Juan Negrín y su defensa de que España recibiese fondos del Plan Marshall durante el franquismo, Sánchez ha defendido «la importancia en política de elevarse sobre el presente» para evitar «la perpetuación del enfrentamiento». Algo que ha defendido como una forma «honesta» de patriotismo: «El PSOE siempre ha amado a España».

Sánchez ha defendido la necesidad de «ofrecer en cada momento una alternativa valiente». Queriendo hilar una vinculación, consciente de que los indultos cuentan con un importante rechazo en las encuestas, el líder del PSOE ha recordado que en el momento de la aprobación del matrimonio homosexual había encuestas que señalaban que el 40% de la población estaba en contra y que 13 años después ese rechazo ya es solo un 7%. Ha defendido, y confiado Sánchez, en la capacidad «extraordinaria» de la sociedad española de «transformarse» y «aceptar nuevas realidades».

El presidente del Gobierno ha defendido que «cuando una causa es justa y es conveniente hay que ir más allá de las dudas iniciales». Confiando en la capacidad de la ciudadanía para «asumir los cambios propuestos». Sánchez ha dicho que los indultos «no van a resolver la crisis de convivencia que afronta Cataluña desde hace una década». Pero ha defendido que si en 2017 la democracia «restauró de forma inmediata el orden constitucional», ahora es el momento de «restaurar la convivencia con quienes piensan diferente».

Sánchez ha defendido que los indultos son un «contundente mensaje que la democracia española envía al conjunto de la ciudadanía de Cataluña». Los ha definido como «un mensaje de empatía» que debe traducirse en la idea de que «queremos contar con todos». Y en ese sentido ha reclamado que el Govern de la Generalitat de Cataluña «deberá contar con todos los catalanes».

El presidente del Gobierno ha lanzado un mensaje que pretende tranquilizar al partido y restar trascendencia a los mensajes del independentismo, que no han bajado de intensidad: «es evidente que en democracia tenemos que escuchar cosas que no nos gustan, que no nos representan», contraponiendo que los independentistas «también van a tener que escuchar nuestras convicciones». Y aquí ha repetido el mensaje de los últimos días: «vivimos juntos, convivimos juntos, y por tanto decidimos juntos». Sánchez ha destacado «el valor de dar el primer paso» en este trance.

Sin oposición y con Espadas

Se trata de un cónclave sin oposición. La estructura del partido que salió de las primarias de 2017 es leal a la figura de Pedro Sánchez. Su acceso a La Moncloa en junio de 2018 terminó por desactivar cualquier atisbo de oposición al secretario general del PSOE. Estas reuniones, antaño decisivas y tremendamente trascendentales, son hoy una balsa de aceite. Si antes eran reflejo de la división hoy lo son por todo lo contrario.

Siguen siendo el termómetro más fiel del estado interno de la organización. Pero ya es un cónclave despojado del carácter decisivo de las etapas anteriores. Hoy solo han tomado la palabra tres presidentes autonómicos. Varios de ellos ni siquiera han venido a Madrid. En el caso de Emiliano García-Page y Javier Lambán, de los que puede esperarse mayor nivel de crítica, por cuestiones médicas. Quienes han tomado la palabra en nombre de sus federaciones sí que han defendido que no se premie a Cataluña a costa del resto en la financiación.

Pero esta es una reivindicación transversal. La ha hecho también el candidato a la Junta de Andalucía. Que ha pedido ante el presidente y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que el partido tenga una posición común sobre financiación autonómica y que él reclamará que Andalucía «no sea menos que nadie». Y es que este Comité Federal ha sido el que ha escenificado el final de Susana Díaz, todavía formalmente líder orgánica del PSOE andaluz. Ferraz ha querido dar visibilidad a ese relevo al emitir en abierto el discurso del candidato andaluz, a continuación del de Pedro Sánchez.

Ha sido sintomático cuando Sánchez, al final de su discurso ha querido agradecer el trabajo de Díaz. Palabras recibidas por un clamoroso silencio por parte del cónclave, que tornaron en cerrada ovación cuando Sánchez ha dicho que «ahora la responsabilidad es de Juan Espadas».

Antes de arrancar el cónclave, algunos dirigentes han atendido a los medios. Y el mensaje ha sido el mismo que dentro del cónclave: confianza en la estrategia del presidente del Gobierno. La ministra portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, demandó este sábado «darle tiempo» a la negociación y gestionar la situación con Cataluña de forma «inteligente» cuando se le preguntó frente a la posibilidad de un referéndum consultivo. «Yo creo que en estos momentos hay una extraordinaria unidad en torno al proyecto de Pedro Sanchez», dijo después Miquel Iceta, ministro de Política Territorial.

Por su parte, el exministro Salvador Illa, abogó por «votar acuerdo», que es «aquello que en la mesa de partidos catalanes acordemos que tiene que ser un punto de consenso en la sociedad catalana, lo que acordemos entre todos, el camino del consenso en Cataluña pasa por una mejora del autogobierno, jamás por una ruptura». Y ha demandado que el «siguiente paso» es el de «abrir un diálogo entre catalanes» y, por eso, pidió a Aragonès que convoque una mesa de partidos catalanes.

ESTO ES UN ATRACO A ESPAÑA Y PSISOTEAR LA CONSTITUCIÓN

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