Foto. José Ángel Miyares Valle
RIO ÓRBIGO,TÚ ME ENAMORAS.
Tu ,majestuoso señor ,te
enseñoreas
por los campos yermos del Páramo,
unas veces ruidoso, otras silencioso
pero siempre con paso majestuoso.
Los campos beben de tus aguas cristalinas,
la chopera se inclina en reverencia a tu paso
y de la mimbrera llega el canto de la alondra,
canta el malvís tus gestas de
caballero,
canta la cigarra en las horas de estío.
Tú ,no te detienes ,sigues tu
sinuoso camino
como caballero armado en pos de
la lucha,
de la cruzada esteparia hacia
dulce destino.
Eres motivo de juegos y baños de
niños,
de mayores y de jóvenes
enamorados,
cómplice de amores callados y hasta
de pasiones.
Tu silencio discreto, te engrandece.
Ah, si tu hablaras, gran señor de
las llanuras,
te callas y mientras murmullas,
te deslizas
abriendo surcos de recuerdos
remotos y placenteros
Oh, gran Órbigo, tú que calmas la
sed
de los campos sedientos de tu ribera
fértil,
tanta riqueza dejas a tu paso en los
pueblos
de adobe y barro que en tus aguas
ven las siluetas de abigarradas
casas,
espejo de belleza,
discreción de enamorados,
sosiego del fatigado, riqueza del
campo.
Hoy, día mundial del agua,
te rindo mi gratitud y pleitesía.
Autor: José Ángel Miyares Valle
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