La UE cortará la financiación de la yihad en mezquitas y ONG
Una resolución de Cs aprobada en el Europarlamento insta a un mayor control de fondos que pueden recibir los terroristas
Atacar las torres Gemelas en 2001 costó unos 500.000 dólares; la masacre de Niza de 2016, tan solo 2.500 euros, el precio de comprar un arma y alquilar un trailer de diecinueve toneladas. La furgoneta del atentado de las Ramblas el pasado verano salió por menos de 60 euros al día y 150 de fianza. Los dos últimos casos son representativos de lo que se ha denominado «terrorismo low cost», «de baja financiación pero de altos resultados», en palabras del eurodiputado de Ciudadanos Javier Nart, ponente de una resolución aprobada por enorme mayoría en el Parlamento de la UE que busca cortar las vías por las que el dinero llega a manos de los yihadistas. Parte de los fondos -así lo ha reconocido el pleno de Bruselas- tienen su origen en la propia Europa.
Se trata de bloquear cantidades procedentes del crimen organizado -drogas, armas, tabaco...- o del petróleo, pero también, y sobre todo, de atajar lo que Nart denomina las «transferencias sutiles». Esto es, interrumpir desde un «enfoque microfinanciero» el acceso de los grupos terroristas a recursos económicos mediante la vigilancia de operaciones más pequeñas, como las de tarjetas de débito prepagadas, los préstamos bancarios al consumo o los circuitos ocultos de fraude, evasión de impuestos o lavado de dinero.
Mezquitas sospechosas
Aunque donde la resolución se ha demostrado especialmente valiente ha sido proponiendo al legislador europeo que regule el control en ámbitos muy sensibles, que por lo general ni se mencionan para evitar controversias: mezquitas «sospechosas» y ONG que se utilizan como tapaderas para canalizar recursos que acaban utilizándose para matar o difundir propaganda que incita a hacerlo.
«Existen lugares que, bajo el paraguas de decir que son de culto o de enseñanza, como madrassas y oratorios, en realidad lo que están haciendo es prostituir el mensaje del Islam, que es de paz y de convivencia, con un indoctrinamiento blasfemo yihadista. ¿Qué hacer? Claramente, tomar en consideración los centros en los que existan indicios suficientes de que nos encontramos ante una cuestión de financiación del terrorismo y actuar en consecuencia, como se actuaría con un club de ajedrez o de fútbol que bajo esa apariencia estuviera impulsando actividades terroristas», defiende el eurodiputado.
En España hay registrados 1.532 centros de cultos musulmanes, según datos del Observatorio del pluralismo religioso, dependiente del Ministerio de Justicia, actualizados a junio de 2017. El número ha crecido a un ritmo de unos cien al año desde 2011. Nart se declara alérgico a la «corrección política», «una forma de castración mental» que aplicada a los verdugos islamistas degenera además en «miseria moral», razón por la que decidió prescindir de ella. De ahí que el respaldo a un documento como el suyo, -que dice que las mezquitas bajo sospecha deben dar detalles sobre quién les manda fondos y cómo los distribuyen, y que esos datos estarán además en una base europea-, tiene mucho de épica parlamentaria.
Salió adelante en marzo con 553 votos de los 600 que se emitieron. Se espera que la Comisión tenga en cuenta pronto la recomendación y genere leyes quizás este mismo año.
«Cuando dije en noviembre al comisario de Seguridad, Julian King, que iba a buscar acuerdos para proponer cómo cortar las vías de financiación del yihadismo, me deseó todo género de éxitos desde el más profundo escepticismo», subraya el eurodiputado de Ciudadanos, que añade que tuvo la «casi convicción de que iba a fracasar» en el intento. No obstante, pudo «progresivamente hacer entrar en consenso» a fuerzas políticas que «podrían ser más críticas, pero terminaron por entender que lo que se estaba planteando es necesario, aunque levantara algunas ampollas en algunas sensibilidades hipócritas». Materia contraindicada para esos «espíritus exquisitos» ha sido también la cuestión abordada en la resolución que señala a colectivos sin ánimo de lucro que «reclaman tener objetivos sociales o culturales» -ONG- como parte del engranaje que ayuda a nutrir económicamente a terroristas.
«Ser ONG no te purifica»
«Una ONG en sí misma es una organización respetable, pero ser ONG no te purifica como entrar en el río Jordán», avisa Javier Nart: «Las ONG tienen la correctísima fama que se merecen, pero pueden ser una perfecta cobertura, por eso hemos tenido en cuenta lo que todos sabemos que existe: hay instituciones caritativas que vehiculan dinero de dos maneras, unas veces con imprudencia (no querer saber o no investigar demasiado dónde va ese dinero) y otras con malicia. Y después, lo que encontramos son determinadas personas que con la mano izquierda fornican, beben y juegan -conceptos antiislámicos- y con la derecha limpian su alma putrefacta a través de donaciones que sirvan para luchar contra lo que ellos creen que es el Islam apóstata».
No menos espinoso ha resultado alcanzar el acuerdo para llamar en el texto directamente a «regular la hawala», un sistema informal y vidrioso de transacciones basado en relaciones de confianza y que lleva años vinculándose a la financiación de Al Qaeda y luego de Daesh. No deja rastro en soporte virtual alguno o bancos. «¿Por qué las transferencias en Europa de un paquistaní tienen que ser opacas y las mías no? Tenemos los mismos derechos y obligaciones, y en este lugar (la UE) se actuará de acuerdo a las normas que hay para todos», indica Nart, con la creencia por delante de que la mayoría de las operaciones que se realizan por esa red son «absolutamente intachables» y por tanto, se entiende que no cabrá resistencia a registrarlas. Resistencia ha sido la palabra clave a evitar cuando se ha incluido en el texto otra iniciativa clave: la creación de una plataforma donde se reúnan los servicios de inteligencia y aporten a una «base de datos común» información financiera para asfixiar al terrorismo. No se trataría de «un centro jerarquizado ni una estructura regulada utópica e irrealizable» que comprometiera a las agencias más allá de lo que están dispuestas, subraya el ponente, que reconoce que lo que se propone es «una solución imperfecta, pero la mas perfecta posible».
La recomendación no obvia lo virtual como universo de transacciones electrónicas ni el riesgo de las criptomonedas, que se requiere que sean convertibles solo a través de cuentas bancarias nominales. Más terrenal es la insistencia en que se apliquen en la UE las reglas de cooperación policial y judicial entre países y que se cree una lista de personas y entidades sospechosas de colaborar financieramente con el yihadismo, para las que se solicita un régimen específico de «medidas restrictivas» y sanciones, entre las que se cita la congelación de sus activos.
YA VEREMOS QUÉ HACE ESPAÑA, COMO SOMOS TAN BUENOS CON LOS FORÁNEOS, DIGO TAN TONTOS.
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