domingo, 4 de marzo de 2018

NO SOMOS LOS DUEÑOS DEL ESPAÑOL.

Sede del Instituto Cervantes en Madrid.

El español no es de España.


Incluir la promoción de la lengua en la Marca España puede herir, con razón, a los socios latinoamericanos

Es buena noticia que el Gobierno se haya percatado al fin de que la cultura y —por extensión— el español es el gran activo de este país a la hora de forjar una mejor imagen en el exterior y una visibilización de su valor. Ningún otro país comparte con España el alto potencial que supone para sus negocios, para su impacto cultural y su imagen la existencia de una comunidad como la hispanohablante: 570 millones de personas hablan español como primera lengua en más de 20 países de todo el mundo y se calcula que serán más de 700 en 30 años. Pero el material es harto sensible: monopolizar la promoción del español dentro de la Marca España puede herir, con razón, a nuestros socios latinoamericanos, tan dueños de esta lengua como los españoles.
El Alto Comisionado para la Marca España, dependiente de Exteriores, ha anunciado que pasará a denominarse “para la Marca España y la Promoción del Español”. Para ello se propone diseñar una estrategia, impulsar un Erasmus Iberoamericano, nombrar embajadores “del español” y crear una plataforma digital. Pero el español no es patrimonio de España, sino de todos los países hispanoablantes, y es crucial que en una genuina batalla por este idioma España esté en pie de igualdad con todos ellos. Solo de la mano, esta lucha será justa y productiva.
También sería digna prueba de una verdadera lucha por la cultura y el idioma el combate contra la piratería que mina los recursos de los creadores, los recursos para bibliotecas, el fomento de la lectura, la ayuda veraz a la creación y a la promoción, terrenos en los que España arrastra enormes déficits. Este país es infinitamente más que toros, flamenco y sol. Pero sería de enorme valor que en su aproximación al idioma y la cultura el Gobierno no se confundiera, y acompasara su intención con una auténtica política de promoción de la cultura. Porque como ha dicho Vargas Llosa: “No se puede encarcelar un idioma. Más cuando hay muchos países que lo sienten como propio. Es un error.”
PERO SI PODEMOS INFLUIR MUCHO CON NUESTRO IDIOMA EN EL MUNDO.

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