Un joven interrumpe el mitin de Rivera
El mitin de Rivera en Barcelona, interrumpido con gritos de “Independència!”
"Ciudadanos ha crecido así: con escraches, con amenazas de muerte, aguantando pintadas en la puerta de casa. Vamos a ganar las elecciones en libertad", contesta el candidato
Más de 700 personas escuchan este sábado a Albert Rivera en Barcelona cuando empiezan a oírse gritos y quejas por unos empujones. Un hombre salta una valla y comienza a lanzar propaganda con el logo de Arran (grupo de jóvenes cercano a las CUP) mientras chilla "¡Independència i socialisme!" en medio del primer gran mitin de Ciudadanos en la campaña del 26-J. Otras personas intentan mostrar una pancarta con el mismo lema cerca del escenario, donde permanece impertérrito el candidato. A los pocos segundos, el equipo de seguridad placa a los alborotadores, que son expulsados mientras les rodean los cánticos del resto del público. "¡Yo soy español, español, español!", corea la gente. "¡Libertad! ¡libertad! ¡libertad!", gritan cientos de personas en medio del barrio barcelonés de Nou Barris. Entonces, Rivera arranca.
"Estos señores ya me han amenazado de muerte", dice. "No nos van a callar", promete Rivera, después de que varios espectadores les propinen golpes y puñetazos al espontáneo. "Ciudadanos ha crecido así: con escraches, con amenazas de muerte, aguantando pintadas en la puerta de casa", recuerda sobre la historia de este partido, que nació en Cataluña en 2006. "Bienvenidos a la democracia. A los demócratas no se nos ocurre ir a los actos de otros partidos a reventarlos, tenemos cosas mejores que hacer en la vida", lamenta antes de que un segundo espontáneo le vuelva a interrumpir con quejas contra sus propuestas. "La mejor forma de parar esto es en las urnas, votando a los que queremos libertad, a los que no nos alteramos. La munición de los demócratas no es la amenaza, es la papeleta", asegura Rivera, al que ya le tiraron un huevo el viernes durante un paseo por el centro de Albacete. "El antídoto frente al sectarismo, frente a la intransigencia, es Ciudadanos".
Rivera, que llegó a recibir en su casa una carta con el dibujo de su cara y una bala percutida, habla mientras la brisa hace que revoloteen los panfletos lanzados contra el suelo. "¡Rompamos España! Boicot a las elecciones", se lee en catalán en la reivindicación de Arran. "Sabemos que las instituciones no nos traerán ningún cambio, ni la independencia de una parte de nuestro país ni ninguna mejora social", sigue. "Solo desde la organización popular y la lucha en la calle conseguiremos la independencia, el socialismo y el feminismo en los Países Catalanes. ¡Abstención el 26-J!"
No es la primera vez que Rivera ni los representantes de su partido se enfrentan a los gritos callejeros. A cada acto al aire libre de la formación emergente en Cataluña le suele acompañar algún grito de "¡fascista!" que apagan los aplausos del público. Ciudadanos tiene en Cataluña uno de sus grandes graneros electorales. Aquí lidera la oposición autonómica con los 25 diputados que logró Inés Arrimadas el 27-S. Aquí logró cinco diputados en las elecciones generales del 20-D, y aspira a sumar más bajo el liderazgo de Juan Carlos Girauta. Y aquí, en Cataluña, apela a las raíces catalanas de su candidato para dar un estirón electoral que le permita neutralizar hipotéticos bajones en otras circunscripciones de España.
"Nuestra catalanidad no se reivindica, está ahí", clama Girauta mientras el público se abanica contra el sol y agota las botellas de agua con la etiqueta de Ciudadanos que distribuye la organización. "Ese presidente del gobierno catalán va a ser el valor añadido para que esta zona, durante tantos años de excepción, se reintegre a lo que querían incluso los padres del catalanismo: el liderazgo de España".
Críticas a las alcaldesas del cambio
Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, y Ada Colau, su homóloga de Barcelona, son dos de los mejores activos electorales de Podemos de cara a las elecciones generales del 26-J. En sus tres primeras intervenciones en campaña, Rivera ha protagonizado duros ataques contra ambas.
Si en Madrid, en el acto de apertura de campaña, criticó "las ocurrencias" de Carmena y le afeó los datos de paro de la capital, este sábado Rivera ha puesto la diana en Colau.
"La señora Colau piensa que el cambio en Barcelona es pagarle los edificios a los okupas y hoteles de lujo a Varoufakis", dice Rivera. "¿Por qué los barceloneses de sus impuestos tienen que pagar edificios a okupas?", se pregunta. "Si el cambio a mejor es prohibir las terrazas, eso es no tener ni idea de lo que es Barcelona, es tener sectarismo e intransigencia".
EL RESPETO A LAS IDEAS ES LA BASE DE LA DEMOCRACIA
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