jueves, 23 de mayo de 2013

UNA BUENA IDEA, BEBÉS ROBOTS PARA ADOLESCENTES

Bebés robots para frenar embarazos en adolescentes
Una iniciativa de una localidad colombiana convierte a los estudiantes en padres durante un fin de semana.
Llora como un bebé, hay que cambiarle de pañal, darle de comer y cuidarlo como un hijo adoptivo durante un fin de semana. Ese es el reto al que se enfrentan los estudiantes de entre 13 y 19 años de Fontibón, en Colombia, a los que se les entrega un bebé robot para que vivan la experiencia de lo que implica ser padres.
La campaña «¿Bebé? ¡Piénsalo bien!», impulsada por la alcaldía de la localidad en colaboración con el Hospital Fontibón, intenta frenar los embarazos en adolescentes, dado que el reparto de condones no ha funcionado, según señala la psicóloga del centro hospitalario Nataly Ardila, en el diario El Espectador de Bogotá.
«Al principio llegan muy emocionados a pedirme el bebé, pero cuando se dan cuenta que la dinámica familiar cambia, que deben dejar de hacer actividades por cuidar a su bebé, trasnochar (muchos de ellos no hacen las tareas y llegan ojerosos por atender lo que se les ha dado, tal y como pasa en la vida real), se dan cuenta que no quieren tener esa responsabilidad tan pequeños», señala la responsable de este programa pedagógico, para el que se han comprado en Estados Unidos estos pequeños androides.
El proyecto se divide en tres fases. Tras un periodo de sensibilización, con cursos que abordan temas como proyecto de vida, autoestima, aborto o violencia y actividades para prevenir enfermedades de transmisión sexual, los jóvenes reciben una barriga con el peso medio de un embarazo de 9 meses. Tanto a chicas como a chicos se les entrega esta barriga simuladora, para que experimenten la postura de una mujer en gestación y carguen el peso al menos durante 15 minutos. Tras una reacción inicial de burla, «muchos de ellos se preguntan ¡Uy! ¿Mi mamá cargaba esta barriga?», relata Nataly Ardila.
A continuación, se les entrega un bebé por parejas durante un fin de semana y ambos deben repartirse las noches para cuidar al muñeco, que contiene un kit de simulación, un cargador y un dispositivo que comunica las necesidades del «bebé adoptivo», así como el material necesario para atenderle.
Cada bebé robot tiene un software que indica a los responsables del proyecto qué trato ha recibido según el día y la hora, de forma que revela si ha sido descuidado. «Hay muchos niños que me dicen que pierden la paciencia con el bebé y aseguran: “me estresé, me dio malgenio y me tocó pegarle, así dejó de llorar», subraya en El Espectador la psicóloga del Hospital Fontibón, que señala cómo el índice de maltrato suele ser más alto en padres adolescentes, a los que les falta la madurez y la paciencia para atender a un bebé.
Los adolescentes disponen de un acompañamiento docente las 24 horas del día para comunicarse en caso de cualquier duda.

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