martes, 16 de abril de 2013

LOS PERIÓDICOS EL PAIS Y EL MUNDO VAN A COBRAR POR SU INFORMACIÓN EN INTERNET

'El País' y 'El Mundo' apuntan al cobro en internet ahogados por las pérdidas.

La posibilidad lleva meses –si no años- en las redacciones y en las plantas nobles de los grupos de comunicación. Sin embargo, es ahora cuando los principales diarios por difusión, El Mundo y El País, parecen por fin dispuestos a dar un paso al frente para cobrar por sus contenidos digitales. “No hay información sin coste, y menos información de calidad. La contribución de los lectores ha sido un factor esencial para la independencia de los medios respecto del poder y de los anunciantes. Y eso también es aplicable a la red”, apuntaba ayer el diario del Grupo Prisa en un editorial, después de que el rotativo y su competidor de Unidad Editorial hayan dedicado en los últimos días reportajes varios a glosar las virtudes de los modelos de pago.

¿Por qué cobra fuerza ahora esa posibilidad? Los números cantan. El País registró el año pasado unas pérdidas operativas (ebit) de 54,54 millones, después de acometer un doloroso expediente de regulación de empleo (ERE) que supuso la salida de 129 personas. Era el primer año en que el buque insignia del grupo de los Polanco registraba un saldo negativo, después de un progresivo deterioro del beneficio y olvidados los años de bonanza con ganancias por encima de 100 millones de euros. Al desplome publicitario se une el hundimiento de las ventas –con problemas para mantener los 200.000 ejemplares- y una deuda en la matriz que supera los 3.100 millones de euros. No va más.

Unidad Editorial tiene sus propias cuitas. Registró el año pasado un beneficio bruto de explotación (ebitda) de apenas tres millones de euros, muy lejos de los 36 millones del ejercicio anterior. El Mundo perdió 3,4 millones en 2011, último sobre el que se tienen datos desglosados. El umbral de ventas que defiende el rotativo es el de los 150.000 ejemplares diarios. Más inquietante, sus dueños italianos de RCS Mediagroup han tenido que rebajar el valor del fondo de comercio atribuido a su filial en España en casi 725 millones en apenas dos años, el equivalente al 65% de la inversión de 1.100 millones que efectuaron en su día para la compra de Recoletos. Con sus particularidades, tampoco tiene otra opción que ir al frente para rentabilizar el negocio.

Las cifras, dramáticas en sí mismas, se explican por el cóctel mortal que ha supuesto el desplome de la publicidad –la inversión se ha reducido a la mitad desde el inicio de la crisis- y el cambio de paradigma tecnológico en marcha. Una revolución que ha puesto a los diarios nacionales en una encrucijada de la que no han querido salir. Y es que aunque saben desde hace años que internet y los dispositivos móviles son el presente, también han venido comprobando día a día cómo no podían rentabilizar la apuesta. Y han preferido exprimir el modelo y cortejar páginas de publicidad para el papel, mucho más caras que los anuncios en internet, mientras el edificio amenazaba ruina. Desde esa ruina plantean ahora el pago para promover una transición hacia el online.

“Las nuevas herramientas digitales han dado a los diarios las mayores audiencias de la historia y, sin embargo, no garantizan los ingresos suficientes porque el acceso es gratuito. (…) Ante esta coyuntura, cientos de diarios, incluidos algunos de referencia como The New York Times, han comenzado a aplicar fórmulas de pago para poder cobrar los contenidos de la edición digital”, expone el editorial de El País. El diario de Prisa ya había publicado el jueves pasado una historia titulada "La prensa se asoma al pago en la red". Y El Mundo, que desde más tiempo corteja una fórmula para cerrar contenidos de su web, apoyaba la tesis el viernes con un extenso artículo sobre cómo “el pago en internet hace crecer la venta de periódicos en EEUU”. A buen entendedor…

La cultura del 'gratis total'
La obsesión por monetizar los contenidos digitales no es exclusiva de los grupos nacionales. Un gigante como el grupo alemán Axel Springer –propietario del Bild, el periódico más vendido de Europa- se jactaba en su última presentación de resultados de que, por primera vez, la división digital fue la que más contribuyó a la generación de ingresos. Un vuelco en el modelo de negocio al que aspira RCS Mediagroup, cuyos deberes para la filia española pasan por la digitalización del negocio. Al punto que considera imprescindible que Unidad Editorial “refuerce la oferta digital con la evolución y desarrollo de productos editoriales digitales”, así como su “presencia en los mercados de pago para móviles y tabletas”.

La pregunta de fondo es, ¿están dispuestos los lectores de El País y El Mundo a pagar por sus contenidos? Ni siquiera el diario de Prisa lo tiene claro. “El cambio puede chocar con los hábitos que ha introducido la cultura de la gratuidad que se ha consolidado en la red”, admite. Más complejo es el análisis que efectuaba recientemente Alfonso Vara Miguel, director del Departamento de Empresa Informativa de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, en el último Libro Blanco de la Prensa Diaria. El académico estima que ir hacia un modelo de pago enlaza con una estrategia defensiva por parte de los grandes grupos editoriales. Con un objetivo claro: proteger la edición impresa –por la que siguen obteniendo la mayoría de sus ingresos- y frenar la caída de la difusión.

Su artículo insta a que los dueños de la prensa acometan una reflexión más profunda y se replanteen “su modelo de negocio, lo cual es mucho más complejo que decidir si se cobra o no por unos contenidos”. Según su exposición, ir por el camino del pago “supone sobre todo cuestionarse el tipo de periodismo que se está ofreciendo, a sabiendas de que optar por un modelo de gratuidad basado en la publicidad conduce a un tipo de información orientado a la cantidad, al número de páginas vistas y usuarios únicos y no a la calidad”. En este sentido, “sólo es posible implantar un modelo de pago cuando lo que se ofrece al público es único y diferenciado, lo cual requiere inversión”, remata el informe.

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