jueves, 14 de marzo de 2013

LA POBREZA SE DISPARA EN ESPAÑA ENTRE LAS PERSONAS CON TRABAJO

LA POBREZA SE DISPARA EN ESPAÑA ENTRE LAS PERSONAS CON TRABAJO A CAUSA DE LOS IMPUESTOS Y EL DESCENSO DE LOS SALARIOS.

El índice de pobreza en España crece entre las personas con trabajo.
El país se sitúa entre los Estados con más desigualdad de Europa por el pinchazo del ladrillo.
El sistema fiscal y las prestaciones fracasan a la hora de reducir la brecha social.
Vivir en la pobreza pese a tener un trabajo, un sueldo, es una circunstancia en aumento en España. La crisis ha aumentado en España el índice de la llamada "pobreza laboral", aquella en el que el sueldo no impide al empleado dejar de estar bajo el umbral de la pobreza, y en solo tres años, de 2007 a 2010, la tasa ha aumentado del 10,8% al 12,7%. Este es uno de los datos recogido en el primer Informe sobre la desigualdad en España, presentado hoy por la Fundación Alternativas.

El estudio concluye que, tal y como apuntan las diferentes estadísticas europeas, España es uno de los países europeos con mayor desigualdad económica. Los últimos datos de Eurostat le otorgaban la peor posición en la Eurozona, según el coeficiente Gini de 2011. Este indicador fija en cero la igualdad perfecta y en 100 la desigualdad más absoluta y España sacó en 2011 un 34, el más alto de los socios de la moneda común.

Luis Ayala, uno de los catedráticos que ha elaborado el informe, ha explicado este jueves que esta tasa de pobreza entre personas con trabajo es de las más altas "de la Unión Europea y esto no tiene que ver con la crisis, dado que era así en 2007". De hecho, ha añadido que "ahora muchos de esos trabajos peor pagados han desaparecido, incluso de la estadística, con lo que la situación es peor".

La brecha se redujo en la última gran bonanza y aumentó con la recesión y los expertos atribuyen este comportamiento contracíclico a todo a los estragos de la burbuja inmobiliaria: como los sueldos de los trabajadores de la construcción se sitúan en los niveles más bajos, cuando el sector se disparó y aumentó tanto el empleo como los salarios, la desigualdad se redujo. Con el derrumbe inmobiliario, el efecto es exactamente el contrario.

En esta línea, el porcentaje de trabajadores con un sueldo igual o inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha pasado del 6% al 10,5% en el periodo 2004-2010. La desigualdad en España se explica en buena parte por el peso relativo que tienen los llamados empleos de bajos salarios, es decir, aquellos que son inferiores a dos tercios de salario medio de una economía: eran el 21% del total (calculado sobre el salario bruto mensual), frente al 19% de 2007 o el 18.9% de 2001.

Y las reformas fiscales y las políticas públicas -que son las grandes herramientas de un estado para redistribuir la riqueza de un país, no han surtido efecto, al menos, no el efecto suficiente. El Estudio señala especialmente las rebajas del IRPF aprobadas entre los años 1998 y 2007, las cuales hicieron que "incluso en una fase de crecimiento intenso de la actividad económica, la recaudación creciera durante varios años a menor ritmo que el PIB".

No obstante, la mayor limitación que han tenido las políticas de redistribución, según el estudio, afectan a la parte del gasto: "Las cifras de gasto social relativo tendieron a la baja, con porcentajes sobre el PIB antes de la crisis (por debajo del 20%) inferiores a los niveles máximos del primer tercio de los años noventa (24,4%)".

Mujeres, jóvenes e inmigrantes son los colectivos más empobrecidos por la crisis por el tipo de empleo que tienen, más vulnerable y peor pagados: "los colectivos más vulnerables en esta crisis ya lo eran con anterioridad: jóvenes menores de 25 años, trabajadores con contratos temporales, empleados en puestos de baja cualificación, sobre todo en la construcción, y muy especialmente los inmigrantes



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