Asociar la muerte de Franco a la llegada de la democracia es inexacto, ocurrió al menos año y medio después, no estaba escrito ese proyecto en Franco, tampoco en sus fieles colaboradores y menos en los sucesores que ocuparon durante la dictadura cargos relevantes, como Carrero Blanco, Arias Navarro, Suárez... También otros protagonistas de esa época de transición. Incluso me temo que tampoco en el nombrado sucesor a Jefe del Estado, el actual “fugado sin busca” Don Emérito.
No soy ningún historiador, soy un simple ignorante observador que vivió aquellos tiempos desde unos principios de lucha sindical imparable fuera del vertical con CC OO primero y la UGT después. Viendo los líderes sindicales actuales comparados con Camacho y Redondo dan vergüenza ajena, hasta hace el de la UGT de recadero de Sánchez a Waterloo para reunirse con el fugado corrupto Puigdemont. ¿Ustedes creen que Redondo, que le hizo huelgas generales a su amigo Felipe González, se prestaría a servir de mensajero con un delincuente? Es infumable.
Es mi parecer, creo que no debemos a nadie en particular esa democracia, influyó la presión mediática de la ciudadanía, manifestaciones y huelgas por la libertad y democracia que retumbaban por las calles de todas las ciudades de España, Europa y del mundo. Eso hizo replantearse a varios de ellos que no les sería fácil proseguir con una minidictadura.
Les recuerdo que ese dictador murió en la cama. Los últimos coletazos del régimen de Franco se debatían entre la salvaguarda de los principios del Movimiento (el llamado búnker) y las reformas políticas y sociales que pedía la ciudadanía. Es largo para repasar lo sucedido, solo ellos, con Torcuato, Suárez y Juanito debatieron largo y tendido sobre el aperturismo exigido por todo el mundo, no solo en España. Les recuerdo que los militares hicieron saltar las alarmas varias veces durante los primeros años de la democracia hasta el golpe de Estado de Tejero y de quién sabe Dios más estaba con él.
Repito, ese dictador murió en la cama. Algunos antifranquistas actuales hasta le dedicaron canción. Por aquella no había tantos contestatarios como vemos ahora después de casi 50 años muerto. Murió estando yo prestando el servicio militar en guerrilleros, en la COE 72, un cuerpo militar especial que durante esa época estaba en alerta obligada.
El ruido de sables se sentía hasta años después, le debemos a Felipe, Carrillo, Suárez, Guerra... y aquellos grandes políticos su personalidad y firmeza, incluso muchos de ellos reciclados del franquismo. Por eso, que Sánchez y su banda se digan socialistas es para llorar de pereza. Ahora presume este mentiroso convulsivo de antifranquista cuando lleva muerto casi 50 años el dictador. Es todo un valiente el tipo. El mismo que se aferra al poder como cualquier “tirano” al uso, pactando impunidad con corruptos, delincuentes y fugados a cambio del poder. Resulta que celebra la muerte de Franco de la mano de Bildu, de quienes homenajean a los asesinos etarras que causaron terror y muerte por la calles con coches bomba, secuestros y tiros en la nuca. A mí me hace temblar la calaña de este sujeto, su afán de poder, su arribismo sin límite. Todo cuanto decía que no haría lo hizo: Era indecente que políticos indultaran políticos, la amnistía era anticonstitucional, no pactaría con Bildu, a Podemos no dormiría teniéndolo en el Gobierno, tampoco pactaría con los independentistas, traería ante la justicia a Puigdemont, lo del procés era gravísima malversación, también que era delito de rebelión y sedición... En fin, no quedan ahí tantas y tantas promesas incumplidas, no es de fiar, no tiene palabra ninguna. A mí me mete miedo, habla de censura, de bulos, de jueces malos y críticos peores, pero al mismo tiempo da impunidad y pacta con lo peor de cada casa. ¿Ustedes de verdad no lo reflexionan?
Claro que la muerte de Franco fue el principio del cambio, pero no me creo que a pesar de ser nombrado Juan Carlos Jefe del Estado, la Presidencia de Carrero Blanco y Arias Navarro estuvieran por la labor de una transición así, de no ser por la presión ciudadana al grito enorme de libertad y democracia por todo el mundo.
El peligro de correr delante de los grises usando fuego real no se lo imagina quien no lo vivió. No eran tiempos fáciles como tal parece regalada esa transición por un Franco aperturista y un Juan Carlos espléndido y democrático, que incluso aceptó quitarle el cargo que correspondía a su padre.
La gente, los trabajadores, los partidos, en particular el PC y CC OO, se jugaban la vida, la libertad y el despido en aquellas huelgas y manifestaciones mucho antes de fallecer el dictador, para ahora dejarlo todo en que le debemos la democracia al emérito.
Creo que esta democracia, tal como la consiguieron los padres de la Constitución, no estaba en los apuntes del emérito y en los políticos de entonces. Fue a base de entender aquellos políticos que tenían que ceder todos para lograr ese gran pacto de la Transición. Los políticos de hoy serían incapaces de sacar adelante nada parecido. Son tóxicos, dividen y confrontan, solo miran para ellos. Lo están tirando todo por la borda. Comparen a Pedro, Rufián, Iglesias, Serra, Pam, María Jesús, Bolaños, Yolanda, Garzón, Errejón, Abascal, Ábalos, Koldo, Ayuso, Puigdemont, Otegi... Con aquellos grandes políticos que supieron cerrar página y entenderse, reunidos horas y horas, día y noche por bien de los españoles.
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