Cuando la candidez supera a la capacidad de criterio propio, existen personas como quienes culpan de todo a Mazón y no dicen nada del Gobierno de España con todos los poderes, recursos y obligaciones ante emergencias como la de Valencia para actuar de inmediato después de ocurrir, ya que no actuó antes como lo exige la implicación de todo cargo de responsabilidad.
Ante una emergencia así, imaginen que Mazón estuviera perdido, dormido o de infarto, incluso si Sánchez también, ¿quedaría cortada toda posibilidad de prever, prevenir, coordinar y ayudar a esas gentes? Aquí faltan al respeto a la inteligencia de todos, es aceptar la irresponsabilidad de cada cargo en cadena, no pueden decir todos que estaban esperando la orden o esperando una llamada de quien no estaba.
Cuando se reparten cargos por cuotas, la tragedia está servida cuando suceden emergencias o situaciones para las que se necesita profesionalidad, personalidad, compromiso, capacidad, actitud... para actuar rápido, incluso antes de que nadie nos diga qué hacer, todos deben saber su cometido. Pero aquí no, saben cobrar y exigir techos de cristal, otra cosa es responder cuando hay que responder. ¿Vieron a las feministas, a Irene, Belarra, Pam, Serra, Yolanda, Calvo... Responder a tal emergencia? Verdad que solo están para discursos misándricos y dividir a la sociedad. Solo para ellas vivir de manipular y confrontar. Con Errejón se les cayó el telón.
La próxima vez que les digan que los cargos hay que repartirlos por paridad, por sexo en vez de por seso (sea hombre o mujer), callen como hasta ahora, luego no se quejen si los unos se disculpan con los otros por ser todos unos perfectos inútiles y caradura por aceptar un cargo para el que no estaban preparados y capacitados. Por eso debemos pedir responsabilidades.
Que estos impresentables se culpen unos a otros y que muchos les hagan el juego es asqueroso.
Los protocolos ante una emergencia de estas características no pueden depender de que un tipo coja el teléfono o no, esté comiendo o no, esté o no esté.
Ninguno previó, previno, coordinó, ni tomo las riendas a tiempo para salvar vidas y ayudar a quien sufría, ni llevarles agua siquiera en días: es delictivo, es asquerosamente infumable.
Pero no, sigan entre todos tapando negligencias, listas de espera, pactos interesados, arribismos descarados, indultos e impunidad por poder... ¿Qué más puede pasar para despertar a este periodismo sin ética? Así se hace un país de sumisos, sin valores, sin códigos deontológicos... Hay que honrar la vida, la profesión, la política, la democracia, la libertad... El sumiso desprecia todo eso, se desprecia a sí mismo.
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