El 19 de abril de 1791, en Mobila (Alabama), cuando todavía formaba parte de la monarquía española, se produjo una grave inundación que acabó con el ganado, las tierras y las casas de al menos doscientas familias. Las autoridades locales no tardaron en repartir maíz a todos los afectados, independientemente de que fuesen blancos, negros o indios, y en regular los precios de los productos básicos con el fin de evitar la especulación, pues entendían que era "indigno que quieran aprovecharse de la calamidad pública".
Estas autoridades tuvieron que poner dinero de su bolsillo para distribuir alimentos a la población, pero, a pesar de las dificultades de la época, estuvieron en continuo contacto con los gobernadores de La Habana y de Madrid, que posteriormente también prestaron ayuda.
Entonces, si el Estado, tal y como se entendía en el siglo XVIII, funcionaba, ¿cómo es posible que en 2024 el Gobierno sea incapaz de dar respuesta a un desastre de tal magnitud con la tecnología y los recursos que tiene en su haber? ¿Cómo es posible que tuviese más conciencia de unidad y hermandad una monarquía que abarcaba diferentes continentes que la España actual?
Desde luego, es verdaderamente indigno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario