La pseudoizquierda busca ahora culpables al triunfo de Trump. En su delirio, los mayores culpables, a la espera de encontrar otros, según ella, son "los hombres". ¿No será la pseudoizquierda y sus políticas estúpidas los auténticos culpables?
El candidato del Partido Republicano ha obtenido una victoria inapelable en las elecciones de EE UU. Ni en sus mejores sueños, unos, ni en sus peores pesadillas, otros, se imaginaban estos resultados. Trump no solo gana las elecciones presidenciales, el Partido Republicano obtiene la mayoría en el Congreso y en el Senado, lo que permitirá al otra vez presidente gobernar sin oposición.
Lo que ha sucedido en EE UU no debe ser visto como una singularidad, pues esa misma tendencia ya la habíamos observado, elección tras elección, en varios países de Europa. Sin embargo, el resultado de las elecciones presidenciales en EE UU, por ser el mandamás en Occidente, va a mediatizar las políticas en otros países, sobre todo, va a poner en cuestión las políticas y la cultura Woke, que, nacidas en EE UU, las pseudoizquierdas europeas habían hecho suyas. Los que se llaman a sí mismos de izquierdas no están preocupados por que EE UU siga con sus políticas imperiales, esa "izquierda", la que en España ha aumentado la presencia militar americana en la Base de Rota, ha entregado la soberanía del Sáhara a Marruecos y se ha sumado a la guerra proxy contra Rusia del Hegemón, poniendo en serio riesgo la economía y la industria europeas y la seguridad de todos sus ciudadanos, por lo que están ahora preocupados, perdidos los votos de una buena parte de los trabajadores, es por mantener los nichos de electores que, a golpe de cheques pagados con nuestros impuestos, han estado construyendo en los últimos años. Esas políticas profundamente erróneas han fracasado, solo hay que observar cómo Podemos, de 70 diputados que tenía, se ha quedado con solo 5 en el "gallinero" del Congreso de los Diputados. Pero no pueden hacer autocrítica y rectificar, solo les queda desaparecer mientras echan la culpa de la llegado de tipos como Trump, o de la ultraderecha en Europa, a los hombres o al maestro armero. En fin, ahora no me lloren, por favor.
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