lunes, 29 de julio de 2024

VIVA LA LIBERTAD SIEMPRE Y LUCHEMOS POR ELLA.

 Érase una vez una familia muy acomodada que nunca se había privado de nada. Nadie podía entender por qué tenían centrada su vida en ese afán de poseer todo aquello que no les pertenecía. Descubrieron que, si estás aforado, puedes hacer lo que te dé la gana, ya que nadie te podrá juzgar.

Además, nadie entendía por qué regalaban dádivas, dinero, viajes y demás delicadezas a empresas de comunicación y solo a aquellas que les harían una buena propaganda. Tenían a los ricos engañados con sus buenas caras y sus maravillosas maneras. Sin embargo, aquellos que trabajaban duro, bien para esta familia, como autónomos, o por cuenta ajena, lo único que recibían eran insultos y subidas de impuestos.

Algunas de estas personas maltratadas por ese sistema atroz de lo tuyo es mío se les encararon y nunca más regresaron a esos trabajos mal pagados que explotaban personas.

Esa familia muy acomodada siguió abusando del sistema durante un par de años más. Los que les ayudaban con las tareas de hogar no les duraban ni tres días. Una mañana, se levantaron a desayunar muy temprano, cosa rara, pues esa primera comida del día siempre la devoraban en la cama. También tenían preparado un gran equipaje.

Nadie entendía el porqué de esa premura. Alguien de su confianza, al que le pagaban millones, le había informado de una posible detención durante la noche. El esposo de esa familia muy bien acomodada sugirió prepararlo todo, hacer un "simpa" y no mirar nunca atrás. Ese era su pensamiento y esto es lo que sucedió aquella misma mañana, antes de subir a un coche de policía, no al suyo, que tenía un minibar lleno de las más preciadas marcas de bebidas de todo tipo.

A esa familia muy acomodada todo le salió mal. Los llevaron derechos a comisaría, donde les hicieron miles de preguntas que solo se podían responder con la verdad, les habían dado un néctar que les "obligó" a nunca más mentir. Eso les condujo a prisión permanente. Pagarían con la estancia de sus huesos en ese lugar tan lóbrego, frío y penoso durante largos años.

Pasaron unos lustros, seis, y la muy acomodada familia abandonó esa oscura y tenebrosa celda. Desde luego, aprendieron que tomar lo ajeno no está bien; mentir, tampoco. Se dieron cuenta de que aprovecharse de su posición privilegiada tampoco estuvo bien. Sin embargo, lo que más les había dolido al salir fue saber que todo aquello de lo que se habían apropiado, dejando a miles de familias sin trabajo ni vivienda, la familia que había ocupado su casa mientras ellos pagaban sus culpas en prisión había mejorado muchas cosas. Por cierto, esa segunda familia muy acomodada no se apropió de nada, pues cada presente que algún mandatario les regalaba era colocado en un museo anexo a la vivienda, visitado por los ciudadanos en domingo cada dos semanas y, además, gratis.

Entre las cosas que habían mejorado estaban:

1. La vivienda, ya nadie entraba en casa o piso ajeno. Esa nueva familia muy acomodada había construido montones de pisos, apartamentos y casas para que nadie estuviera en la calle. No se los regalaban, los tenían que pagar, y los pagaban en tiempo y forma. Los bancos dejaron de engañar a sus clientes, no les cobraban hasta por respirar, solo les cargaban los impuestos y las tasas que eran legales.

2. Ya no había que robar para comer, pues también se habían preocupado de montar empresas punteras, abrir bares, mover el dinero y recuperar el anterior que la primera familia muy acomodada había regalado a sus "conocidos", convirtiendo así a los ciudadanos en pobres severos, dependientes de un Estado maltratador que les penalizaba por todo en forma de altos impuestos.

3. Se reanudaron las relaciones internacionales con todos los países del mundo y empezó a reinar una gran paz, que duró por décadas sin fin. Las caras mostraban alegría, ganas de vivir, las personas empezaron a casarse, tener hijos y vivir en armonía con sus corazones, sus almas, la naturaleza y Dios. El mundo se convirtió en algo más humano y dócil.

Hubo más mejoras, pero eso se lo contaré en alguna otra epístola, cuando se pueda hablar un poco más claro. A pesar de los años transcurridos, a veces muchos creemos que esa primera familia muy acomodada podría volver a estar al mando de este país.

Les dejo como cada semana, deseándoles mucha paz, mucho bien, pásenlo bien y, sobre todo, pórtense bien por si acaso esa familia muy acomodada regresara. No sean ni ecosostenibles ni ecorresilientes, que lo sean los que nos lo quieren imponer, no nosotros.

La canción de hoy es de "Supertramp", "Free as a Bird", lo que todos queremos, ser libres como un pájaro. "Supertramp" quiere decir supervagabundo. ¡Hala, con Dios!

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