martes, 26 de diciembre de 2023

POLITICOS LUMBRERAS

 Ni el PSOE ni el PP son organizaciones dirigidas por genios. Nadie es un genio, todos somos monos tristes, asustados y abandonados a nuestra suerte, suspirando por un buen salario, un buen coche y un hogar que solo hemos visto en la publicidad de las inmobiliarias, y que nunca será nuestro.

Nuestros representantes son idiotas, no genios, quede claro. Incluso si fueran genios, sus ingeniosos planes fracasarían porque no podrían ser implementados por idiotas incompetentes.

Admito que lo que escribo quizás sea el diario de un hipocondriaco que busca atención, pero tengo el convencimiento de que nuestro mundo necesita un giro urgente, y no se va a producir de la forma que ellos quieren, por lo que debemos hacer caso omiso de unos y otros, y preocuparnos por hacer realidad nuestros sueños.

Piense que no hace mucho tiempo, cada uno de nosotros tenía la libertad de objetar, de pensar y hablar como mejor le pareciera; ahora tiene censores y sistemas de vigilancia que coaccionan su conformidad y solicitan su sumisión. ¿Cómo pasó esto? ¿De quién es la culpa?

Bueno, la verdad es que, si estamos buscando a los culpables, solo necesitamos mirarnos en un espejo. La mayoría lo hemos hecho y nos hemos reconocido, hemos sentido miedo ¿Quién no?

Guerra, terror, enfermedad... una gran cantidad de problemas los últimos tres años, como los confinamientos, los medicamentos falsos, los hospitales, las mascarillas, los ventiladores, las PCR falsas, el distanciamiento social y el omnipresente miedo a la muerte, conspiraron para corromper nuestros corazones y robarnos el sentido común.

El miedo y una depresión incapacitante se apoderaron de nosotros y, presa del pánico, aceptamos lo inaceptable a cambio de promesas tipo "nueva normalidad", "saldremos más fuertes", "nadie quedará atrás", "hemos vencido"... Salud, paz y orden a cambio de nuestro consentimiento.

Han dedicado su tiempo a destruir la familia, la historia, las tradiciones, la convivencia, la religión y la espiritualidad en la mayor parte de la sociedad, olvidando lo que todo tirano de la historia ha sabido desde que bajamos de los árboles.

No comprendieron (ya he dicho que son idiotas) que al desterrar los dioses, los rituales, las tradiciones y las afinidades culturales que tanto les irritaban, también desterraban la fe en la existencia de una vida futura, y un hombre sin esperanza de salvación en el otro mundo no tiene nada que perder en este.

No hace falta que los políticos nos convenzan de que el infierno está vacío y todos los demonios están aquí. Ellos ya se encargan de hacer lo imposible para hacernos creer que son adultos sobrios y reflexivos, pero, la verdad, tenemos mejores cosas que hacer que complacer sus fantasías.

Saludos cordiales.

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