viernes, 1 de julio de 2022

RUEDAS PINCHADAS Y RIÑA ENTRE OKUPAS:ASÍ SE DESATÓ EL SAGRIENTO DÍA DE FURIA EN SANTOVENIA

 Ruedas pinchadas y riña entre okupas: así se desató el sangriento día de furia en Santovenia

El sospechoso de matar a un vecino y herir de gravedad a un guardia civil se ha entregado tras atrincherarse durante horas en el pequeño pueblo de Valladolid, tomado por las fuerzas de seguridad

En la mañana del jueves tuvo lugar el primer encontronazo. Tras ver las ruedas de su coche pinchadas acudió a pedirle explicaciones a un viejo amigo, quien vivía en el mismo bloque de viviendas okupadas desde hacía años. Estaba convencido de que el daño había sido obra de su hijo. Discutieron, pero la conversación no llegó a más. Horas después las aguas no estaban calmadas y volvió a recriminarle, en este caso supuestamente con golpes, los hechos a su vecino, que acabó en urgencias. Cuando éste volvía a casa con su mujer y su hijo, en el rellano, le estaba esperando, rifle en mano. Son las 24 horas previas al crimen de Santovenia de Pisuerga (Valladolid) registrado esta madrugada, que narran desde el entorno de la víctima junto al lugar del crimen.

Ni rastro de los allegados del supuesto homicida. Según cuentan, él se encargó de su huida.

No concretan si fue antes o después de disparar a su amigo en el abdomen -más tarde ha herido también con su arma de fuego a un agente de la Guardia Civil con el que estaba negociando- pero el entorno de la víctima asegura que el presunto responsable de su muerte habría hecho salir del pueblo a su mujer y sus hijas más o menos a la hora en la que sucedieron los hechos, poco antes de las dos de la madrugada.

Allegados a la víctima en las inmediaciones del lugar del crimen
Allegados a la víctima en las inmediaciones del lugar del crimen - ICAL

No estaban con él por tanto en la vivienda en la que se ha atrincherado durante doce horas con un rehén, que al parecer se trataba del novio de una de sus hijas, hasta que a las 14.15 ha decidido entregarse. Desde el interior de la vivienda se han oído gritos a lo largo de la mañana, así como al presunto homicida pedir heroína a los agentes que conforman el equipo negociador, mientras el pueblo era tomado por agentes en metralleta y desde el Ayuntamieno se pedía a los vecinos que no se acercaran al lugar.

En el exterior del bloque, tras el cordón, los vecinos de Santovenia de Pisuerga recibían este viernes con «sorpresa» e «incredulidad» y también con cierta «preocupación» una escena completamente inusual en la tranquila localidad vallisoletana. En torno a la zona acordonada desde la madrugada por la Guardia Civil, algunos curiosos, sobre todo del barrio, en donde no todos conocían a víctima y fallecido. Eso sí, hay quien reconoce que, pese a la «sorpresa, cuando reflexiona, te lo esperas».

La versión de la familia: «No ha sido una reyerta»

La suegra de la víctima, Encarnación Arias, ha explicado a los medios que su hija y la mujer del detenido discutieron el jueves y, esa misma noche, su hija se fue con su marido a tomar un café. Horas después, sobre las 23 horas, la llamó para decirle que tanto a ella, como a su marido, les habían pegado.

Según ha relatado, su hija y su yerno fueron agredidos por el presunto autor del disparo, conocido como «el Chiqui», por su cuñado, los novios de sus dos hijas, su pareja actual y la hermana de su pareja. «Mi hija tiene la cabeza abierta y mi yerno el ojo y se fueron al Clínico», ha explicado. Su nieto mayor, de 27 años, fue quien recogió a su padre del hospital y después ocurrió lo peor: «Abrimos la puerta del tercero -donde viven- y oímos de las risas a un 'pum', y de repente un silencio atronador». Fue ahí cuando se dieron cuenta de que alguien había disparado un arma.

«Abrimos la puerta del tercero, y oímos de las risas a un 'pum', y de repente un silencio atronador»

La mujer ha desmentido la versión de la delegada del Gobierno, que ha atribuido el suceso a una reyerta. «No hay reyerta entre dos familias. Han sido seis y dos, ocho, seis contra dos que tuvieron que ir al Clínico», ha sentenciado Encarnación, quien ha lamentado que su hija, con 45 años, «es viuda» y sus dos nietos, con 27 y 17 años, «sin padre» y ha asegurado que tanto la víctima como el presunto agresor eran amigos desde niños e incluso el presunto autor del disparo fue a la comunión de sus nietos.

La Guardia Civil, durante la intervención en Santovenia
La Guardia Civil, durante la intervención en Santovenia - EFE

El suceso se salda con una víctima mortal, un detenido y un teniente coronel de la Guardia Civil herido; el detenido, que se atrincheró durante horas, le disparó mientras trataba de mediar con él.

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