Francia pide permitir que Irán y Venezuela vuelvan al mercado petrolero para frenar el alza de precios
París desea también negociar posibles incrementos de la producción petrolífera con Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos
Francia desea que los países productores de petróleo «incrementen de manera excepcional» su producción, sugiriendo que Irán y Venezuela puedan «volver» al mercado mundial para frenar las alzas de los precios, facilitando una diversificación de los abastecimientos de los países más afectados por la guerra de Ucrania.
Al margen de la cumbre del G7, en el castillo de Elmau, en los Alpes bávaros, Emmanuel Macron y los portavoces oficiales del gobierno francés, han filtrado las posiciones nacionales, en proceso de concertación con el resto de los aliados.
A título individual, Macron ha iniciado una serie de conversaciones personales con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, y con presidente de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Mohamed bin Zayed, intentando negociar posibles incrementos de la producción petrolífera en dos países estratégicos en el mercado mundial.
[¿Hasta cuándo van a seguir subiendo los precios de la gasolina?]
En sus discusiones, desde hace días, Macron ha hablado en tanto que presidente de Francia y presidente en funciones de la UE, aspirando a federar distintas sensibilidades.
En el marco multilateral de la UE y el G7, un portavoz oficial del Elíseo, que prefiere guardar el anonimato, afirma que Macron defiende tres puntos complementarios ante la crisis energética mundial derivada de la guerra de Rusia contra Ucrania: «Diversificación de las fuentes del abastecimiento petrolífero». «Incluyendo a Irán y Venezuela en los nuevos circuitos del mercado mundial». «Negociación de un techo a los precios del petróleo».
La negociación bilateral de Francia con Arabia Saudita y los EAU puede tener una cierta eficacia, tratándose del segundo productor mundial de armas y de dos clientes de primera importancia.
La negociación de un «techo» («price cap») a los productos petrolíferos es una iniciativa bien acogida entre los aliados trasatlánticos. Sin que pueda tenerse por segura una respuesta positiva de los países productores. El control mundial de los precios petrolíferos plantea inmensos problemas de concertación, entre aliados y productores. No es evidente que los países productores se «sometan» fácilmente a las «exigencias» urgentes e inmediatas de los principales países dependientes y consumidores, donde el alza de los precios de los combustibles amenaza en convertirse en un problema creciente.
La diversificación de fuentes de abastecimiento es un objetivos estratégico común de todos los aliados, que sigue «topando» con realidades complejas de difícil solución a corto plazo.
La «reintroducción» de Irán y Venezuela en el mercado petrolífero mundial choca con varios problemas de fondo. Ambos países están sometidos a sanciones estadounidenses. Y Washington se reserva su propia política bilateral ante Teherán y Venezuela, que la producción de energía nuclear en Irán complica muy particularmente.
A juicio de Emmanuel Macron «el problema de la negociación del programa nuclear iraní está hoy prácticamente cerrado». Sin embargo, no es un secreto que Washington sigue teniendo graves sospechas sobre las posibles complicidades de Teherán en la financiación de grupúsculos terroristas islámicos. Cuestión de inmenso calado que solo puede «zanjarse» en Washington.
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