Alegranza: La isla canaria desierta y paradisíaca que pasó a ser basurero de tres continentes
El primer inventario de desechos marinos en Alegranza, el islote canario deshabitado, retiró 3667 objetos con un peso de 321 kilos, el 97,7% eran plásticos
Las etiquetas de las licencias de las trampas para langostas de la costa este de los Estados Unidos y Canadá datan de 1999 a 2018
El islote de Alegranza, al norte de Lanzarote, tiene 10,2 kilómetros cuadrados, siendo el más grande del archipiélago chinijo de Canarias. Esta isla desshabitada, la más septentrional, es el primer obstáculo atravesado por la Corriente de Canarias y por ese motivo ha pasado de ser un paraíso natural y refugio de biodiversidad a un basurero. El primer inventario de desechos marinos en Alegranza, retiró 3667 objetos con un peso de 321 kilos el 97,7% eran plásticos.
Las etiquetas de trampas para langostas, que datan de 1999 a 2018, provienen de América del Norte, lo que evidencia, no solo el recorrido de estos materiales que han cruzado el Atlántico sino su larga vida en el océano.
El estudio ha sido realizado por Alicia Herrera, Alexis Rivera, Teresa Moreno, Ico Martínez y May Gómez y publicado en Science Direc
El objetivo es censar una vez al año en la misma zona para estimar la contribución anual de basura marina y analizar la tendencia en cada categoría de basura estudiada.
Del total de objetos analizados, el 97,7% eran plásticos, siendo los más abundantes las botellas de bebidas (25,4%). Si bien es difícil conocer el origen, la fuente y la ruta de los escombros, las etiquetas legibles proporcionaron información valiosa que vinculan la basura marina con tres continentes.
Alegranza está protegida por la figura del Parque Natural del Archipiélago Chinijo y también ha sido reconocida como zona de especial protección para las aves (ZEPA). Es un hábitat clave para la pardela cenicienta, entre otras especies, y por ser la mayor reserva marina de Europa, con 700 kilómetros cuadrados. Alegranza está deshabitada desde 1968 y recibe muy pocos visitantes, principalmente científicos, ya que el acceso está prohibido y requiere permisos.
Las islas Canarias se sitúan frente a la costa noroeste de África, perturbando tanto las corrientes como los vientos superficiales y la corriente media permanente es la Corriente de Canarias del suroeste. Esta ubicación geográfica es un punto caliente de acumulación de basura marina, ya que toda la basura arrastrada por la Corriente de Canarias se deposita en su costa nororiental. El archipiélago es especialmente vulnerable a la contaminación por plásticos, ya que las corrientes oceánicas transportan basura marina desde la costa este de Estados Unidos y Canadá, el norte de África y Europa hasta sus costas.
El 'basurero' de Caleta del Trillo
El estudio de residuos se centró en Caleta del Trillo, un litoral de aproximadamente 100 metros de longitud, que acumula gran parte de los desechos marinos de la isla, debido a su orientación, que la expone a los vientos y corrientes dominantes. Se realizó una primera inspección visual, seguida de cinco limpiezas en 2020, de acuerdo a la metodología de muestreo propuesta en el protocolo OSPAR.
Se retiraron un total de 3.667 artículos con un peso de 321 kilos, de los cuales el 97,7% eran plásticos, el 1,9% textiles y el 0,4% metálicos, y no se recuperaron objetos de papel o cartón. La mayoría de los objetos retirados eran de plástico, por lo que se analizó el tipo de objeto de plástico, el posible origen y las fuentes. Los objetos de plástico cotidianos más abundantes fueron las botellas de PET, los fragmentos de plástico y las tapas.
Un dato destacable es la enorme cantidad de botellas de bebida que llegan a Alegranza, tanto del tráfico marítimo como de procedencia desconocida, que suponen el 25,4% de las piezas encontradas. Las botellas de plástico se encuentran entre los cinco principales desechos mundiales en todos los entornos y representan el 12,9% de los artículos encontrados en la costa.
Entre los plásticos derivados del tráfico marítimo destaca la abundancia de cabos y boyas, mientras que entre los objetos derivados de la acuicultura predomina la presencia de palos de cuerdas de cultivo de mejillón y etiquetas de ollas de langosta de la costa este de Estados Unidos y Canadá.
En cuanto a las posibles fuentes, el 50,2% corresponde a consumidores de público en general con vía desconocida, el 20,2% proviene del tráfico marítimo y la pesca, el 2% proviene de actividades relacionadas con la acuicultura, mientras que el 27,6% son fragmentos de fuentes desconocidas.
Desde 1999 en el mar
Las etiquetas de licencia de langosta proporcionaron información importante sobre el origen geográfico, la vía y las fuentes, así como la fecha en que ingresaron al océano. La mayoría de las etiquetas provienen de las costas de Maine y Massachusetts, y de la costa este de Canadá. Todos ellos proceden de la acuicultura de esta región y han sido arrastrados a las costas canarias por la Corriente de Canarias. En cuanto a la fecha, se han encontrado licencias desde 1999 hasta 2018, este dato muestra que hay plásticos que pueden tener más de 20 años en el mar y aún se encuentran en buen estado y con etiquetas legibles.
Los científicos encargados del estudio consideran que es crucial continuar con las limpiezas, el estudio y la clasificación de los desechos marinos que llegan a Alegranza a través de la Corriente de Canarias para determinar los cambios que se producen a lo largo del tiempo en el tipo de desechos y su fuentes. De esta forma, los gestores y hacedores de políticas podrán evaluar la efectividad de las políticas ambientales aplicadas y definir las nuevas políticas de conservación a implementar.
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