viernes, 1 de abril de 2022

PRISIÓN PERMANENTE POR DEJAR MORIR A SU PAREJA DIABÉTICA Y GRAVAR SU AGONÍA.

 Prisión permanente por dejar morir a su pareja diabética y grabar su agonía

La Justicia considera que Mariano Daniel Vásquez cometió un asesinato con enseñamiento por omisión

La relación entre Mario Daniel Vásquez y Susana comenzó en febrero de 2019. Se conocieron en un bar, donde ella estaba con unas amigas. No pasaron ni dos meses cuando comenzó a maltratarla: «A mí ni me dices puta, ni me dices imbécil. No voy a estar con un hombre que me machaca psicológicamente, físicamente, mentalmente...me estás hundiendo». Este fue uno de los audios que ella le envió.

En varias ocasiones le transmitió que le daba miedo estar con él porque se ponía agresivo. Y es que en el transcurso de algunas discusiones, Mariano había agredido a su pareja, tal y como certificaron varios testigos durante el juicio en la Audiencia de Barcelona. Susana era diabética, y necesitaba inyectarse insulina cada día.

A causa de esta enfermedad, era una persona «especialmente vulnerable» que, en ocasiones, la hacía depender de terceros.

Mariano lo sabía, y así, la noche del 17 de junio de 2019, ella le pidió ayuda. La víctima realizó cuatro llamadas a su pareja. «Estoy fatal, estoy muy mal, no sé a quien llamar, cariño. Me mareo, me duele todo. Ayúdame, por favor, tráeme medicamentos. No puedo ni hablar», fue uno de los audios que le envió la mujer. Éste llegó al inmueble de Viladecans (Barcelona) a las 22:45.

Ella presentaba dificultades respiratorias y un gran deterioro físico, pero él no llamó a emergencias. En cambio, decidió grabar su agonía con el móvil. En una de las imágenes, pasada ya una hora desde la llegada de Mariano al domicilio de su pareja, se observa que ésta ya no puede valerse por si misma. A penas puede articular palabra y tampoco moverse.

Vídeo 12. El hombre lo graba casi a las tres de la mañana. La víctima dice «ambulancia, me muero«. En ninguna del total de 15 grabaciones que él mismo efectuó, auxilia a la mujer. Susana murió esa madrugada de hiperglucemia. Su muerte se hubiese evitado si Mariano hubiese alertado a emergencias. Así lo certificaron los servicios sanitarios y el tribunal del jurado lo consideró probado.

Durante cuatro horas, la grabó agonizando. Incluso fingió prestarle ayuda, mofándose de ella. De hecho, ésta le pide en varias ocasiones que le abra una botella de refresco, pero él no lo hace. Sabiendo que está helada, le sugiere además que se moje el pelo. Por este motivo, la Audiencia de Barcelona ha impuesto al acusado la máxima pena, prisión permanente revisable, al considerarlo autor de un asesinato con enseñamiento.

En la sentencia, fechada el 29 de marzo y a la que ha tenido acceso ABC, el magistrado Joaquín Uría señala que la muerte de la víctima no se hubiese producido si Mariano hubiese pedido auxilio a emergencias. «Si no hizo nada para ayudarla fue porque quería que muriese, o porque preveía que podía pasar y le daba igual».

Considera así que el hombre cometió un asesinato con enseñamiento por la vulnerabilidad de la víctima, debido a su enfermedad. «Grabar su agonía es una prueba incriminatoria contra el acusado, que habla por sí sola», reza el fallo. Lo hizo por omisión de socorrerla, «siendo plenamente consciente de la extrema gravedad» de su estado y de la enfermedad que sufría.

Para sustentar el enseñamiento, el magistrado señala la actitud burlesca del acusado, que inmortalizó en sus vídeos. «Actos especialmente vejatorios, de quien le debía respeto por la relación que mantenían -pareja-, y que incrementaron su sufrimiento de manera cruel e innecesaria».

Contra el fallo, que también lo condena por maltrato habitual y un delito contra la intimidad, cabe interponer recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).

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