martes, 28 de diciembre de 2021

REAPUNTE DE DELITOS SEXUALES:200 AL MES Y CON AGRESORES MÁS JÓVENES.

 Repunte de delitos sexuales: 200 al mes y con agresores más jóvenes

Los expertos y las estadísticas destacan, además, las violaciones cometidas por menores de edad. Solo la mitad de las casi 600 mujeres atendidas por el centro municipal Pilar Estébanez presenta denuncia

Una cifra: 1.976. Este es el frío dato tras el cual hay una denuncia por un delito contra la libertad e identidad sexual en los nueve primeros meses de 2021 en la Comunidad de Madrid (204 de ellos, violaciones), la última estadística disponible del Ministerio del Interior. Hablan, por tanto, de solo hechos conocidos por la Policía y la Guardia Civil. Con estos guarismos, salen a 200 ilícitos penales de esta índole al mes solo en esta región. Una «barbaridad», a tenor de las opiniones de expertos recabadas por este diario. Esto supone un incremento del 21,4 por ciento con respecto a 2020 (1.480), un año con el que, por la pandemia, no se puede realizar una comparativa. Por eso hay que echar manos del último ejercicio prepandémico.

En 2019 fueron 1.646 (de las que 173 fueron violaciones); y en 2018, 1.457 (180).

Las distintas fuentes consultadas, desde policiales a servicios sociales y la propia Fiscalía de Madrid, resaltan no solo este incremento, sino la bajada de edad de los agresores sexuales. En la asociación Clara Campoamor, su presidenta, la histórica Blanca Estrella Ruiz, recuerda a ABC su pelea contra que, en la reforma del Código Penal en 1995, se eliminara el término violación «y se cambiara por abuso sexual y agresión sexual». «Casi todos los condenados lo son por lo primero, y eso es una tabla rasa para los jueces», se queja. Más de 25 años después, considera: «El tiempo nos ha dado la razón y el agresor no ve mucho castigo en lo que hace».

Sobre el crecimiento de esta lacra, señala como principales factores «la pornografía y las redes sociales». «La edad del violador se ha reducido bastante. Si antes la media era de unos 40-50 años, ahora son de veintitantos y hasta dieciocho años», asegura. Hasta tal punto, que «antes denunciaban las víctimas, y ahora llaman muchas madres o profesores para hacerlo», algo bastante llamativo en lo que al perfil de víctimas y verdugos se refiere.

De estos hombres, Blanca Estrella Ruiz destaca «su carácter posesivo, sin respeto al ser humano, que cree que es el dueño absoluto de cualquier mujer que vea pasar…». «Y no se trata solo de mendigos o gente marginal, hay de todo: médicos, arquitectos, jueces… Luego está el acoso sexual en el trabajo, que es tremendo».

Belén Martín es la coordinadora del Centro de Crisis contra la Violencia Sexual Pilar Estébanez, del Ayuntamiento de Madrid, que echó a andar a principios de 2020. Tiene un teléfono gratuito de ayuda, que funciona las 24 horas de los 365 días del año (900 869 947). Coincide en muchos aspectos con lo referido por Ruiz: «El porcentaje mayor de mujeres que tratamos son jóvenes, pero se está avanzando mucho en visibilizar el problema y que se vaya perdiendo el estigma de la violencia sexual. Las campañas hacen que las mujeres denuncien más o acudan a nuestro servicio asistencial, porque calan más en las jóvenes».

Pornografía más agresiva

Que haya más delincuentes sexuales jóvenes e incluso menores de edad también considera que se debe a la existencia de «una pornografía más agresiva, en la que varios hombres están a la vez con una mujer». Y no deja pasar la violencia que se ejerce a través de las redes sociales: «La difusión de imágenes íntimas está extendidísima, pero socialmente parece que no tiene tanta relevancia». Y pone de ejemplo el caso de Verónica, la empleada de una empresa automovilística que se suicidó porque divulgaron escenas suyas, hace un par de años: «No hay graduaciones, todas las violencias sexuales son graves».

Si en 2020 atendieron a un total de 504 víctimas en todo el ejercicio, entre el 1 de enero y el 20 de noviembre de 2021 suman ya 559. La tendencia desde finales de verano es creciente, a once casos más que en el mes anterior: 57 en septiembre, 68 en octubre, 79 en noviembre… Si la curva sigue así, el 31 de diciembre podrían ser más de 610.

«La mayoría acuden en el ámbito familiar o más cercano, con alrededor de un 80 por ciento», explica la experta. Pero, ojo: en la macroencuesta de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, de 2019, se señala que «se denuncia poco más del 8 por ciento del total de delitos sexuales, y las violaciones se denuncian en un 11 por ciento». Cifras aterradoras teniendo en cuenta el dato oscuro que dejarían.

En lo que respecta al centro municipal, las horquillas de edades de las víctimas en 2021 son las siguientes: el 43,19 por ciento tiene entre 18 y 24 años; y siguen el 24,88 por ciento (de 24 a 34); los menores de edad suman la friolera del 13,85 por ciento; el 11,74 por ciento (35-44); el 4,69 por ciento (45-54); el 0,94 por ciento (55-64), y el 0,70 por ciento se corresponde a mayores de 65. Martín quiere resaltar que, de las mujeres que atienden en su centro, entre el 52 y el 53 por ciento denuncian los hechos: «Eso demuestra que, cuando cuentan con información y se las acompaña en sus procesos, sí se las puede ayudar».

Contagios de VIH

En el Pilar Estébanez cuentan con equipos multidisciplinares, de atención social, área jurídica y psicológica: «Hacemos una acogida y ayudamos en los procesos y los derechos en atención con la denuncia, la exploración sanitaria, la del médico forense…». Y tienen muy en cuenta la prevención de infecciones por transmisión sexual, embarazos y las importantísimas 72 horas preventivas por si se contagian de VIH.

Está pendiente, en los próximos meses, un nuevo protocolo para las víctimas de violencia sexual. Además de extenderlo a una decena de hospitales (la mayoría se centraliza en La Paz), va a priorizar la salud, la preservación de las pruebas médico-forenses y que estén bien asesoradas a la hora de acudir a la Policía o la Guardia Civil. Actualmente, es al revés: primero se denuncia y luego se sigue el protocolo sanitario. Además, se amplía a siete días la recogida de muestras del ataque, frente a las 72 horas actuales.

Una de las razones de esta modificación son los casos de sumisión química, que han crecido un 35 por ciento. Porque muchas de las sustancias que se utilizan desaparecen del organismo en 4 o 6 horas, de modo que cuando acuden a los médicos ya no se localizan y, por lo tanto, no sirven como prueba.

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