jueves, 28 de octubre de 2021

EL PRESO QUE TUVO QUE SER REDUCIDO EN VILLENA RAJA EN EL CUELLO CON UN CRISTAL A UN FUNCIONARIO DE CUENCA

 El preso que tuvo que ser reducido en Villena raja el cuello con un cristal a un funcionario de Cuenca

Salió en libertad vigilada hace diez días e intentó violar a otra joven; volvió a prisión el domingo

El funcionario atacado, un jefe de servicio, tuvo que ser trasladado a urgencias. Su vida no corre peligro

Un preso marroquí de 24 años atacó anoche a un jefe de servicio de la cárcel de Cuenca con un cristal con el que le provocó un corte en el cuello. El funcionario tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital. Según fuentes penitenciarias, su vida no corre peligro aunque se está a la espera de su evolución. Es una agresión gravísima y se trata de la tercera en dos meses que protagoniza el mismo interno en tres prisiones diferentes. La primera, ocurrida en agosto en Villena (Alicante), motivó la apertura de una investigación interna contra tres funcionarios por la reducción del preso considerado por los trabajadores de Prisiones como «muy peligroso». El individuo fue encarcelado este domingo en Cuenca tras intentar violar a una joven en Tarancón. Llevaba solo tres días en libertad vigilada y se había arrancado la pulsera de control telemático que portaba.

Imágenes de los cristales que se utilizaron para atacar al funcionario
Imágenes de los cristales que se utilizaron para atacar al funcionario - ABC

El marroquí salió de la cárcel el pasado día 17 tras cumplir condena pero con una pulsera, dado que tiene una orden de alejamiento de la mujer a la que agredió sexualmente en 2016. Tres días después, una joven denunció que un individuo la había intentado violar cuando iba a su casa en Tarancón (Cuenca). La víctima, de 22 años, logró escapar aunque sufrió tocamientos.

Horas después, la Guardia Civil localizó al sospechoso mientras caminaba por la A-3 a la altura de Villarrubio. Cuando fueron a identificarlo, comenzó a correr, saltó una mediana e intentó fugarse. Durante la detención se resistió y agredió a uno de los agentes.

Al consultar sus antecedentes, comprobaron que el individuo, marroquí de 24 años, había salido de la cárcel de Estremera (Madrid) el 17 de octubre, después de pasar cinco años en prisión por otra agresión sexual cometida en Elche (Alicante), en 2016, entre otros antecedentes. Por el delito sexual fue condenado a tres años y nueve meses de cárcel. Había cumplido la pena, pero tenía que llevar una pulsera, como se ha dicho, para controlar la orden de alejamiento de la víctima, en vigor hasta el año próximo.

Instituciones Penitenciarias alertó de que había perdido el contacto con el dispositivo horas antes de cometer supuestamente la segunda agresión y que la pulsera posicionaba en la localidad conquense Tarancón.

Largo historial de incidentes en prisión

El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Tarancón ordenó de nuevo su ingreso en prisión por agresión sexual y quebrantamiento de medidas. El día 22, cinco días después de obtener la libertad, volvió a la cárcel, esta vez a la de Cuenca, según confirmaron a ABC fuentes de Instituciones Penitenciarias. Y anoche atacó al jefe de servicio con un cristal. El secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, está en contacto con el director de la cárcel a la espera de conocer la evolución del jefe de servicio.

El interno acumula un largo historial de incidentes en la cárcel, derivados de su patología, según fuentes penitenciarias. Estaba adscrito al programa Paiem para tratar enfermedades mentales en las prisiones. El más grave de esa ristra interminable de altercados ocurrió el pasado 16 de agosto cuando tres funcionarios de Villena (Alicante), el centro donde cumplía condena, denunciaron una salvaje agresión con una escoba y a golpes por parte de un preso peligroso. Presentaron parte de lesiones, pidieron la baja y se abrieron sendas investigaciones: una interna y otra judicial (los denunciantes son los funcionarios). A ambas se aportaron más tarde las imágenes grabadas ese día en el pasillo de la zona de aislamiento.

Los inspectores de Instituciones Penitenciarias tras ver las imágenes consideraron que las versiones de los funcionarios y lo que grabaron las cámaras no coincidía. El interno los embistió, insultó y amenazó pero la reducción del preso provocó que se abrieran sendas investigaciones. El propio secretario general de Prisiones, Ángel Luis Ortiz, anunció que se les había incoado un expediente disciplinario por la actuación.

La subdirectora de seguridad de Villena, responsable de entregar esas grabaciones a los inspectores, denunció días después en el cuartel de la Guardia Civil que había recibido mensajes amenazantes, que le habían robado el móvil en la cárcel y que la habían rodeado entre cinco y seis encapuchados en el portal de su casa.

Un mes y medio después no ha trascendido el avance de las pesquisas internas ni tampoco de la investigación abierta por un juzgado y encomendada a la Guardia Civil de Alicante. En el portal de la subdirectora no hay cámaras y al parecer tampoco hubo testigos. Se están analizando los mensajes recibidos para tratar de localizar a la persona que los envió.

Hasta la nueva detención del interno que abrió la espita -fue trasladado a la prisión de Estremera tras los hechos de agosto donde provocó otro incidente- el suceso ha estado rodeado de silencio, aunque ha provocado un cisma en la cárcel de Villena y entre un colectivo de funcionarios y la secretaría general de Instituciones Penitenciarias.   Las fuentes consultadas por ABC aseguran que la investigación sigue adelante.

HAY MUCHA DELINCUENCIA EN ESPAÑA

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