miércoles, 3 de febrero de 2021

CARAS DURAS POR DOQUIER

 AQUÍ TODO VALE.

Salen tres responsables de la Sanidad y el Gobierno autonómico a dar una rueda de prensa, al menos admiten preguntas. Pero me dejaron una sensación como siempre me dejan los políticos o los cargos que ellos nombran. Una sensación de flojedad, de balbuceo y poca consistencia en los argumentos.

Todo viene al cuento, eso les pesa, salió a la luz, tal parece que los trincavacunas y los que se las aportaron (tanto monta, monta tanto) les ponen nerviosos, no debieran, deben desenmascararlos; mira que digo aportaron y no pusieron.

Claro, aquí no sabemos con exactitud todos, falta transparencia por mucho que usen esta frase. Algunos salieron, otros irán saliendo, no hay duda, como decía la directora gerente del Servicio de Salud del Principado de Asturias, Concepción Saavedra, que estará el registro con nombre y apellido (faltaría más) ella nos soltó un rollo macabeo poniendo por delante que no son de gatillo rápido, que piensan las cosas, aquí, no hay mucho que pensar, fueron ustedes que habían registrado en “otros” unos 3.000 vacunados y al salir nombres de presuntos sospechosos que les quitan la vacuna a sanitarios de primera línea y a viejitos o personas de mucho riesgo, que casualidad, lo denunciaba LA NUEVA ESPAÑA, desaparecieron de la lista esos otros 3.000. A la pregunta de un periodista de este medio por esos "otros" es cuando su balbuceo nos hace dudar (espero estar equivocado) pero, ¿de esos 3.000, cuántos son de esos a los que no les correspondía como marcan los protocolos establecidos?, ¿ninguno? Se que no será posible por la protección de datos personales, pero ustedes, usted, si sabe quiénes son y si alguno incurrió en irregularidad, debiera decirlo ahora o dimitir de inmediato cuando se llegue a saber con el desprestigio que ello conlleva.

No hay duda de que existen directivos muy implicados y en primera línea, con esos no va el tema, lo irregular sería encontrar directivos que no tienen relación alguna con las líneas de riesgo marcadas.

Qué decir de los liberados sindicales, aquí se le vio otra vez inquieta; por un lado, dice que de 64 se vacunaron a 27 por si tenían que ante la pandemia ponerse a trabajar ¿a qué esperan, ya sus colegas lo dicen a voces, están desbordados? Recalca: voluntariamente. Para justificarlos nos suelta eso de respetar "la ley no sé cuánto, barra no sé cuánto" del derecho de ejercer la libertad sindical entre empresario y trabajador" donde está claro, no deben ser discriminados por serlo y ejercer, hasta ahí llegamos ¿Qué tiene que ver esa norma cuando estamos hablando de vacunarse cuando no toca, de robársela a una persona de avanzada edad, a uno de alto riesgo, a la abuela que está atendiendo al nieto contagiado en casa porque sus papás tienen que trabajar o están hospitalizados? Si un sindicalista no es solidario, apaga y vámonos. De esos liberados, según ella solo 8 están trabajando y apoyando a sus compañeros desbordados por la situación. ¿A qué esperan los otros para echar una mano? Si fuera que esos datos no fueran correctos (es que son para temblar) pediría disculpas sin dudarlo un segundo, pero fueron mis apuntes de lo que usted dijo e interpreté.

Cuando estamos en una emergencia donde están en juego muchas vidas, mucho sacrificio y dolor de sanitarios entregados en cuerpo y alma, también nos jugamos mucho en cuanto a la economía, saldremos todos más empobrecidos (muchos en ruina absoluta) cuanto más tardemos en tratar de estar todos a una con ese colectivo tan sumamente pisoteado por las instituciones, donde tardan en tomar medidas, donde dejan al virus y los inconscientes campar a sus anchas, donde están convirtiendo los hospitales en cementerios en vez de un lugar donde curar y responder a los retos de las enfermedades. Estamos ante un virus que, si lo dejamos actuar, convertirá todo en dolor e imposibles. No quieren confinar unos días por miedo a repercutir en la economía, ¡pues así tenemos de todo!: economía destruida, muertes y colapso de la sanidad.

Los sanitarios (todos) deben estar vacunados, tienen que estar protegidos para al menos no tener esa desazón en contagiarse a pesar de que tendrán que seguir en la brecha doblando esfuerzos. Pero, dentro de los empleados sanitarios (trabajadores y funcionarios), no hace falta nombrarlos, los hay que no están en primera, ni en segunda línea, si alguno se vacunó, es de impresentable. Por la misma, existen muchos trabajos necesarios, donde sus trabajadores debiéramos protegerlos para que puedan desarrollar su trabajo por bien de todos. Por eso, pertenecer a la nómina de la sanidad asturiana no necesariamente es estar enmarcado en el protocolo para ponerse la vacuna hasta ahora, y si lo está, no sería lo correcto. Nada me gustaría más por respeto a sus compañeros el estar equivocado y que no aparezcan trincavacunas dentro de sus filas. Para no tener dudas, lo mejor la trasparencia, algo que repitió el consejo de Salud con la boca, pero en la práctica todo se queda en protección de datos, bloqueos o no aceptar críticas, como hace el presidente Barbón. Un saludo.

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