Los presos agitan la campaña electoral del 14-F: «Nos tienen miedo»
La Generalitat publica un sondeo que da como ganador a ERC, frena el «efecto Illa», confirma el ascenso de Junts y augura una debacle de Ciudadanos.
Los partidos políticos afrontan el primer fin de semana de la campaña electoral catalana con dos impactos: la salida de la prisión de los líderes del «procés», que ayer ya participaron en mítines de campaña, y la última encuesta de la Generalitat, que rebaja el «efecto Illa», mantiene a ERC en primera posición, confirma el ascenso demoscópico de Junts y augura un descalabro épico de Ciudadanos. El independentismo coge aire para los primeros días de una campaña que, este viernes, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) confirmó dará lugar a los comicios del 14 de febrero, ya que anuló finalmente el decreto del Govern catalán por el que suspendía el 14-F y trasladaba la cita a de mayo.
Como se evidenció ayer, los partidos independentistas jugarán la carta de los presos, aprovechando su «tirón» mediático -virtual, en este caso-, y todo apunta a que será la tónica habitual durante toda la campaña. La Fiscalía, según explicaron a ABC fuentes del Ministerio Público, tiene previsto recurrir los terceros grados que la Generalitat les ha concedido -y que les permite tener que ir a la prisión solo a dormir de lunes a jueves-, pero da por hecho que esta cuestión no se resolverá antes de que acabe la campaña. Así pues, los presos serán protagonistas de la carrera hacia el 14-F, como ayer quedó evidenciado.
«Un voto para el 155»
Ocho de los nueve líderes independentistas condenados por el «procés» salieron de prisión en «semilibertad» al día siguiente de que la Generalitat les concediera el tercer grado penitenciario. La primera en abandonar la cárcel, poco antes de las nueve de la mañana, fue la exconsejera de ERC Dolors Bassa, que, en declaraciones a la prensa a las puertas de la prisión de Puig de les Basses (Gerona), se sumergió directamente en la contienda electoral con un llamamiento para evitar la abstención: «Cada persona que se quede en casa es un voto para el 155».
Lo dijo en alusión al artículo de la Constitución con el que el Gobierno de España, tras la autorización del Senado, asumió provisional y parcialmente las competencias de la Generalitat tras la declaración de independencia de 2017. «Veremos qué hará la Fiscalía del PSOE», añadió la republicana y exconsejera autonómica.
Poco después de Bassa salieron en «semilibertad» los encarcelados en Lledoners, momento que inmortalizaron con una fotografía de «equipo» a las puertas del centro. Y casi todos ellos sacrificaron una parte de su primer día en «semilibertad» para apuntalar las apuestas secesionistas de sus respectivas formaciones políticas.
En esta línea, los más veloces fueron los presos de Junts Josep Rull, Jordi Turull y Jordi Sánchez, que aprovecharon la presencia de los medios de comunicación para lanzar mensajes con ecos electorales a las mismas puertas de la prisión o desde los coches que les habían recogido. «La Fiscalía ya sabemos cómo actúa, estamos ante una Fiscalía que hace mítines de Vox con actos de Ciudadanos. Nos querrían agachados y rendidos, pero estaremos activos todos los días que estemos en libertad y también dentro de la prisión», afirmó Turull.
Rull, por su parte, criticó la «voluntad de venganza del Supremo» y advirtió que lo que no cambiará, en su opinión, es su «determinación». Sànchez arremetió también contra la Fiscalía y el Supremo, y prometió que seguirán luchando por la amnistía. Cuixart participó, ya al mediodía, en un acto de Òmnium en Barcelona.
«No seremos nunca moneda de cambio de ningún tribunal ni de ningún gobierno. Estamos hartos de estos tribunales», afirmó junto a otros «represaliados» por el «procés». «Los mismos poderes que nos encarcelan para votar el 1-O, ahora nos imponen la fecha del 14-F para adulterar la voluntad democrática del pueblo de Cataluña. Atentan contra la salud pública con una operación de estado», añadió Cuixart.
Junqueras, a su vez, se estrenó en formato mitin en un teatro de Badalona donde participó en un acto pensado para levantar las espectativas de los republicanos, que iniciaron la carrera del 14-F como favoritos, pero que empiezan a sentir de cerca el crecimiento de Junts y el denominado «efecto Illa» que impulsa al PSC.
El líder de ERC descargó, junto a Gabriel Rufián y Pere Aragonès, una notable batería de reproches contra los socialistas y los dirigentes de Junts. «Si no gana ERC ganarán los de siempre», alertó. Antes que él, Aragonès dijo que Illa es el candidato «de Vox, del Ibex, de la Fiscalía y del TSJC»; mientras que el diputado en el Congreso Rufián dijo que el PSC había desaparecido y ahora era el «partido sanchista de Cataluña».
A la espera de la Fiscalía
Y todo apunta a que esta visibilidad de los presos será una constante durante toda la campaña. La respuesta judicial no podrá ser tan rápida. La Fiscalía estaba ayer a la espera de recibir formalmente de la Generalitat, como estipula la ley, las notificaciones de los terceros grados concedidos. Luego, el Ministerio Público da por seguro que recurrirá la «semilibertad» concedida a todos los presos, con la esperanza de que los juzgados de vigilancia penitenciaria ordenen la suspensión provisional de los terceros grados y devuelva a los presos a la prisión hasta el dictamen definitivo del Supremo.
Eso fue lo que ocurrió en el primer intento de la Generalitat de concederles la «semilibertad», el pasado mes de julio. Los jueces de vigilancia penitenciaria suspendieron entonces provisionalmente los terceros grados de los presos, menos en los casos de Forcadell y de Bassa. Junqueras, Rull, Turull, Romeva, Forn y los «Jordis» regresaron a prisión dos semanas después de haber salido en «semilibertad». Forcadell y Bassa continuaron disfrutándola hasta el pronunciamiento definitivo del Supremo -como tribunal sentenciador- el pasado mes de diciembre. En definitiva, si se calcaran los tempos de lo acontecido en julio, la campaña electoral del 14-F ya habría finalizado y, por lo tanto, los presos del «procés» habrían participado en ella.
ERC ganaría
Todo esto, el mismo día que el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat de Cataluña (CEO) hizo público un sondeo electoral en el que el resultado mantiene abierta la carrera por la presidencia autonómica. ERC mantendría el primer lugar, con 35-34 escaños, y podría escoger socios de gobierno, con Junts y la CUP o con el PSC y los comunes.
La encuesta, realizada a 1.100 personas entre el 13 y el 21 de enero, presentada el primer día de campaña situaría, tras ERC (que ganaría 3-2 asientos respecto a la cita electoral de 2017), a Junts, con 34-32 escaños (quedándose igual que en 2017 o perdiendo dos escaños), y al PSC, con 29-26 representantes (ahora tiene 17).
Tras los tres primeros partidos, a mucha distancia se situarían el resto de formaciones políticas. Cs, que de los 36 actuales pasaría a 13-12, el PP, que podría superar a la CUP (ahora 4) y los comunes (con 8), pasando de los 4 actuales a los 9 escaños, y los comunes y la CUP que empatarían a 8 (aunque los comunes podrían bajar a 6).
Finalmente, Vox, que entraría en el Parlamento de Cataluña con 6-5 escaños, aunque eso sí, retrocediendo en estimación de escaños respecto a las anteriores encuestas del CEO, que llegó a otorgarle 8 escaños. El PDECat, que en la última encuesta aparecía con 1 escaño en el mejor escenario para esta formación, esta vez no obtendría representante. El CEO estima una participación el 14-F del 62 por ciento.
Así, ERC, Junts y la CUP sumarían entre 77 y 74 escaños en una Cámara donde la mayoría está en 68 asientos. ERC también podría optar por un tripartito de izquierdas, con el PSC (que republicanos y socialistas niegan) y los comunes: entre 72 y 66 escaños.
ESTA ESPAÑA YA NO TIENE ARREGLO.
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