miércoles, 27 de enero de 2021

LOS CARA DURAS DE LA CIMA

 AHORA TODO VALE.

Me preguntaba por qué estos días nuestros dirigentes estaban tan poco activos por los medios y redes, aunque después de leer la noticia de esas cerca de 3.000 dosis que figuran colocadas a “otros” sin más especificación (y, qué casualidad, desapareció ese registro ayer de la web al ver la polémica de ese epígrafe “otros”) ahora entendemos algo.

Ya tarda nuestro presidente (señor Barbón) en dar justificación clara y concisa de esas casi 3.000 vacunas sin destinatario claro: nombres y desempeño. Con ceses y dimisiones sin demora. No solo a quienes se la pusieron sin respetar las reglas, también a quienes se la pusieron. La transparencia esa de la que les hacía la boca agua deben enjuagársela y no tragar con ruedas de molino. No está claro, pero apostaría que están cometiendo corrupción de la buena, usar la influencia para apropiarse como marranos de vacunas dirigidas a ancianos o personas de alto riesgo.

Cuando aparecían los primeros trinca vacunas, presumía de los asturianos por no tener a nadie en la lista, decía que éramos personas de cuerpo entero, pero no, nos hemos convertido en los mismos seres despreciables cuando actuamos de ese modo. Les preguntaría a todos esos (gestores, receptores y los surtidores): ¿Qué estarán pensando todos aquellos que están al pie del cañón arriesgando su persona por los demás, que pensarán aquellos familiares que tienen padres o abuelos de avanzada edad, que pensarán los que tienen EPOC, hipertensión, los que están poniendo quimio por cánceres de todo tipo, y demás personas de mucho riesgo cuando ven que esas vacunas se la ponen sinvergüenzas en vez de ser ellos los receptores? Hasta un obispo, ya ni la Iglesia queda al margen del egoísmo y la cobardía.

Todos aquellos que se pusieron la vacuna fuera de los protocolos establecidos deben ser cesados de sus cargos públicos. Con esas entrañas, nadie puede estar representando a nadie y además pagarle por ello.

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