viernes, 25 de diciembre de 2020

LA AUTODESTRUCCION DE LA HUMANIDAD..

 NO LUCHAR POR VIVIR ES MORIR.

Hay casos de enfermedades de una crudeza inhumana, donde todos comprendemos ese deseo de morir dignamente; todos esos, debieran encuadrarse en un "suicido asistido", que sí tienen países de envergadura, no esos otros cinco de segundo nivel que tienen la ley de eutanasia en marcha.

Sabemos de la eutanasia allá donde llevan años aplicándola (Holanda) es su caminar insaciable hacia la depravación. No se conforma con esos casos límite e irreversibles, van incorporándose individualidades que van sentando jurisprudencia y los jueces no podrán frenar. Se incorporan al derecho a morir situaciones que debieran hacernos pensar que esa ley es un abrir la caja de pandora, un campo abierto a ir colocando minas que iremos pisando todos y nos irán destruyendo como sociedad. Una sociedad que debiera apostar por la sanación y la vida, en vez de por la muerte y la claudicación ante los retos y obstáculos que la vida nos va colocando.

Lo dicen y padecen en Holanda, ya tienen una especie de muerte a la carta, donde los profesionales se plantean lo imposible en poder determinar si una persona esta "muerta en vida" o hay esperanza de superar la enfermedad". Ya no hablemos del disparate a punto de aprobarse (ahora está más lejano) sobre "la pastilla letal" para los mayores que estén cansados de vivir.

Ante la enfermedad y el derecho, ¿cuándo es irreversible?, ¿no puede que cada individuo tenga derecho sobre sí a ser su propio determinante? Por eso no tendrá límites y freno.

También llegan a complicar la vida a las otras partes, las que hacen de verdugo legal (médicos) o árbitro (jueces) cuando surgen desencuentros entre aplicarla, rechazarla e intermediar. Recaerán sobre ellos denuncias de familiares o de aquellos a los que se les niega ese derecho a morir. En Holanda suscitó mucha controversia cuando se le aplicó el veneno a Aurelia Brouwers, una joven atormentada de 29 años que no tenía una enfermedad terminal, la enfermedad psiquiátrica que la atormentaba desde los 12 años fue motivo suficiente para acabar con su vida. También, en contraposición con el caso anterior, una adolescente se suicidó al denegarle la eutanasia; esa joven holandesa de 17 años ha muerto en su casa de inanición tras ver rechazada su solicitud de eutanasia, después de años de padecer estrés postraumático, depresión y anorexia a causa de los abusos.

En fin, ya aquí pudimos ver en las redes hasta dónde puede llegar, y eso que no está en marcha todavía: un chico de 36 añitos con ELA en vez de eutanasia pide ayuda y firmas para que esos mismos (que aprobaron y se aplaudían entre ellos por tamaña ley) le ayuden y apoyen para seguir viviendo. ¡Quiere vivir! ¿Lo entienden? Pues nos encontramos con mensajes muy crueles de jóvenes que asocian ELA con esa justificación a la eutanasia y, en vez de darle ánimos, se ponían a discernir que si era compatible la eutanasia con desear que le faciliten la vida en vez la muerte. Es más, a mí me suspendieron en Twitter por 24 horas (serán más, apelé, como no podría ser de otro modo) por decirle a uno algo así: "Muérete tú, ¿no ves que Jordi pide ayuda y es cruel estar hablando de eutanasia cuando está queriendo vivir? Ya ven, están a favor de la muerte, la de otros; cuando en sentido figurado se la aplicas a ellos, se tornan sensibles y dañados. Hipocresía y jóvenes sin vida y mundo son los que nos marcan el camino hacia la idiotez de todos. Stephen Hawking, diagnosticado de ELA en 1963, vivió con la enfermedad durante más de 50 años. La dolencia le dejó completamente paralizado y dependiente de otros y de la tecnología para todo: bañarse, vestirse, comer, moverse y hablar. Pues cuántas cosas nos hubiéramos perdido si este físico y cosmólogo hubiera decidido quitarse de enmedio en vez de darnos tanta sabiduría, reflexión y sacrificio. Un ejemplo de vida y superación en todos los sentidos.

Estamos inmersos en una matanza en toda regla, un exterminio de la vejez. Pues con todo eso por delante, ya que el virus todavía no ha dado por finalizada la cruda realidad, vuelven a sacar ahora lo de la eutanasia. ¿Aprovecharon el momento? Mira que tienen tarea por delante para salvar vidas, pues ellos a certificarnos muerte.

Cuando se abre la posibilidad de matar, nos acostumbraremos a ello, se dejarán de investigar enfermedades, serán terminales y punto, ya qué la mejor manera de superar esas enfermedades es viendo los diferentes comportamientos de las mismas en diferentes personas. No todos los cuerpos y mentes pueden pelear del mismo modo contra lo que nos parece igual o imposible.

"Están confrontando eutanasia y sufrimiento y no es eso, son dos cosas distintas. Existe la suficiente farmacología para no tener dolor. Lo contrario es encarnizamiento médico y debería estar penado duramente".

"¡Ojalá el sufrimiento tuviera un sentido! Y ojalá que pudiéramos pasar a través de él y buscarle ese sentido. Y, sobre todo, ojalá que quien ya decidió que no puede haber sentido alguno no pueda imponernos a todos los demás un ambiente en el que no haya esperanza...".

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