domingo, 1 de noviembre de 2020

HACIA LA ESCLAVITUD DEL SIGLO XXI. Por José Ángel Miyares Valle

 



LA CONCILIACIÓN DEL TRABAJO ONLINE.

Bajo este hermosos término se esconde la bestia de la explotación para el trabajo por cuenta ajena , pues conozco personas que se tienen que sentar a las 9 de la mañana delante del ordenador con una hora para comer al medio día y volverse a sentar hasta las 7 o 8 de la tarde sin despegarse de la silla pidiendo escusa para ir al váter que lo tiene a escasos pasos de allí entre cuatro paredes las mimas respirando el aire de la casa ventilada por la ventana o cerrado por los rigores del invierno un día  tras otro así durante 5 días semanales y  un mes y otro durante 365 días los mismos colores los mismos ruidos de vez en cuando hacer algún ejercicio de estiramiento como  un gimnasta durante unos segundos para seguir tirando de las vídeos- llamadas y vídeos charlas y con el trabajo pendiente de un hilo ¿eso es conciliación familiar del trabajo? Me parece que no bendito trabajo aquel de la oficina que tenias compañeros con quien hablar y estiras al piernas hasta la oficina, ver la calle y los peatones echar, un vistazo al periódico del día antes de iniciar el trabajo siempre relaja unas veces más y otras menos ver la cara del jefe padecer su malhumor sus risa y broncas o los compañeros que unos te caen mal y otros mejor pero siempre hay aventura dentro de la monotonía del trabajo pero online siempre amarrado al dura sillas de tu mesa de casa, es tremendo porque me quieren convencer de algo tan inhumano, eso para las robótica también estarla bien pero el ser humano necesita enfadarse, contentarse gestos de sus compañeros sonrisas, cariños y odios bendito trabajo analógico el de antes sometáis a ser esclavo ofreciéndome comodidad y bienestar y conciliación familiar , eso quizás para los propietarios de sus empresas que vende algunas cosas por ordenador pero al trabajador asalariado es un martirio ¿quien dijo que podía atender a sus hijos trabajando desde casa? ¿cómo y cuando tienes tiempo? digamos las cosas como suenan ahora, es una es esclavitud más dura que la de las cadenas en los tobillos o muñecas simplemente, es la dictadura del tele trabajo.

José Ángel Miyares Valle

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