TIRÁNDOSE L0S MUERTOS A LA CARA.

 Y NO TOMANDO MEDIDAS COHERENTES Y SERIAS.

Si no hay directrices claras y concisas por parte de nuestros gestores, el principio de autoridad se va al garete, entonces ya no vale vuelta atrás, el liderazgo desaparece y empiezan a florecer inconformistas y negacionistas, que, sin contundencia y disciplina necesaria que requieren estos momentos donde están en juego miles de vidas humanas, se convertirán en inconscientes en perjuicio de todos los demás. Hablo de la pandemia actual, nada aprendimos de marzo y abril, repetimos jugada.

No es posible que nuestros políticos sigan perdiendo el tiempo enfrascados en sus cosas; ahora, hasta la llegada de la vacuna, no queda otra que sentirlos caminar juntos y madurar. No vamos a pedirles ser hombres de Estado, ya que ni siquiera son hombres y mujeres, son niñatos donde muchos de ellos no han dado un palo al agua en su vida y los vemos de ministros o presidentes. ¿Qué pueden aportar ante situaciones así? Nada. Les falta experiencia para todo. Por ello, pido que se unan, se rodeen de expertos y asesores en condiciones y aprendan de la vida. No todo es negro o blanco, siempre detrás de cada razonamiento hay un acuerdo, ¿es pedirles mucho? Recuerden que se mueren a miles, recuerden que este bicho dejará un reguero de dolor y miseria como jamás ustedes pensaron que sucedería, ¿saben? Las consecuencias serán catastróficas por culpa de ustedes.

Tardan en tomar medidas, cuando las toman, al ser tardías, el reguero que deja de muertes, colapsos, desempleo y miseria es muy superior a si se unieran y aportaran todos a la causa. No poniéndose trabas los unos a los otros o haciendo perder el tiempo a quien sí pone todo para pelear contra este bicho. Dejen todo lo no urgente, dejen ideologías, dejen de feminismos rancios, de ecologismos, de nombramientos de jueces y de peleas absurdas, todos a una contra este coronavirus y sus consecuencias. Por ejemplo: ir planificando ¡ya! residencias estatales de ancianos donde se dignifique la vida de estas personas. Es de zoquetes, ¿ustedes no piensan llegar a mayores? ¡Fuera negocio alrededor de nuestros abuelos!, se acabó. Además, traerá mucho empleo y financiado casi todo por las pensiones de quien debiéramos cuidar de verdad. Hablan de auditorías, hablan de investigaciones, nada hay más justo que abrirlas sobre las residencias de ancianos, contra: Gobierno central, contra ministro responsable (iglesias), contra administraciones comunitarias, contra quien tenía negocio con la vida de nuestros abuelos... Seis meses después, nada hicieron, nada planificaron, volveremos a ver miles de muertos en ellas. Muchos deberán pagar caro esa dejadez de funciones.

Si han de tomar medidas, mejor aplicar disciplina inmediata y contundente a quienes se saltan a la torera las medidas de seguridad que, luego, confinar a todos y perjudicar a todos por esos pazguatos.

Dejen de culparse entre sí, es un problemón a resolver por todos, el bicho no entiende de ideología y territorios, si te despistas te llevará por delante. Vean si no el cómo Asturias pasó de ser un islote (es cierto estamos mejor que la gran mayoría por nuestra idiosincrasia, no por méritos de quien luego cuando vengan mal dadas culpará a Madrid o los ciudadanos de todo, cuando ahora no hace más que colgarse medallas absurdamente) a tener por encima de los 100 contagios cada día. Esa progresión nos dice que debieran estar aplicando medidas más contundentes, dentro de unos días nos encerrarán en casa a todos por la ineptitud, dejadez y el queda bien de nuestros gobernantes.

Es curiosa las formas de interpretar a estos innecesarios, se aplaza el comienzo de los colegios cuando teníamos pocos casos y cuando se multiplican dicen que hay que abrirlos. Sabíamos que aplazar el problema no era la solución al mismo, pero, de hacerlo primero, ahora deberían estar cerrados todos ellos. Pero, cuidado, cerrar colegios no quiere decirse ver luego a los niños por centros comerciales tirándose por los suelos y conformando procesiones de familias difícil de entender cuando estamos corriendo riesgos tremendos.

Se es muy permisivo con las reuniones y saraos de la juventud.