El PSOE asume sin debate interno el intervencionismo del Gobierno sobre todas las instituciones, desde la Corona al Poder Judicial.
El contundente rechazo expresado días atrás por el expresidente del Gobierno Felipe González contra la «republiqueta» que están diseñando desde el Ejecutivo Pedro Sánchez y Pablo Iglesias confirma la creciente preocupación de distintas esferas de poder por lo que empiezan a considerar un progresivo asalto ideológico a todas las instituciones del Estado. Hace tiempo que Sánchez, como había hecho antes José Luis Rodríguez Zapatero, cerró un debate interno en el PSOE imponiendo la tesis de que la Constitución de 1978 ha quedado obsoleta y necesita una reforma en profundidad. Así lo asumió el socialismo sin mayor discusión orgánica. Hoy, más allá de reformas puntuales que podrían ser entendibles, y pactadas con el Partido Popular, Sánchez está ejecutando, con el grupo de gobierno la república.
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