martes, 25 de agosto de 2020

UN MUNDO DE TERROR CREADO POR EL HOMBRE.


CONTRA EL HOMBRE
España, según alerta de Defensa Nacional, se esperaba un rebrote del ébola y se encontró con una pandemia profetizada casi milimétricamente por Bill Gates en 2015, en pleno rebrote del ébola.
Posteriormente, el 18 de octubre de 2019, un ensayo organizado por el Centro Johns Hopkins para la SS, el Foro Económico Mundial, y la Fundación Gates, y que se llamó “Evento 201”, desembocaba dos meses después, como todo el mundo sabe, en una pandemia grave por brote de un coronavirus zoonótico transmisible de persona a persona, con grave afectación de vidas y haciendas. El escenario simulado terminaba a los 18 meses con 65 millones de muertes.
El mismo Gates, gran propulsor económico de la soñada vacuna anti-covid, había declarado recientemente que, en el mejor de los casos, no habría vacuna hasta dentro de cinco años, porque nunca antes de ese tiempo se había conseguido. Ahora anuncian que la vacuna contra el covid, de Moderna (en feroz lucha con otros cinco laboratorios), estará disponible para noviembre de este año.
Otra declaración mítica de este no menos mítico personaje había sido hace unos años: “En primer lugar tenemos la población. Llegaremos a 9.000 millones. Ahora, si hacemos un buen trabajo con nuevas vacunas, atención médica, servicios de salud reproductiva... tal vez podríamos reducirla un 10 o 15 por ciento”; una insinuación, marca o definición de por dónde van los tiros.
Pero por si no fuera suficiente, el ínclito benefactor realiza hoy un nuevo ataque predictivo, enarbolando la bandera del terror: “El cambio climático será la próxima ‘pandemia’. Para 2060, el cambio climático podría ser tan mortal como el covid-19, y para 2100 podría ser cinco veces más mortal” (inundaciones, glaciaciones, muerte de los océanos, terremotos, olas de calor...).
Enfangados en el caos, bastante más creíble me parece el neurocientífico de la Universidad de Stanford David Eagleman (nada que ver con nuestro controvertido “Comité de Expertos”), quien nos ha recordado otra amenaza todavía más preocupante: “Lo que las bombas y el terrorismo no pueden lograr podría ocurrir en instantes con una tormenta solar. Las tormentas geomagnéticas gigantes eventualmente llegarán a nosotros”.
Ya lo creo que llegarán, ¡porque siempre han estado entre nosotros! Las tormentas solares de cierta entidad se producen cada cincuenta años, aproximadamente, aunque habríamos de tomar como referencia la perfecta tormenta espacial de 1859, bautizada como “Evento de Carrington”.
Eso ocurrió hace 160 años, en un momento en que la tecnología era muy rudimentaria, y fue un caos tecnológico, ¿qué cree que pasaría hoy en día, cuando nuestra dependencia es casi total?
Recuerde una fecha reciente, el 16 de junio del año pasado, cuando un “simple fallo” que ni siquiera fue de generación eléctrica, sino de la red de transporte, motivó el colapso eléctrico que afectó a más de 50 millones de personas que se quedaron sin electricidad en Argentina, Uruguay y parcialmente en Brasil, Paraguay y Chile.
Si hoy sucediera algo similar a la tormenta geomagnética de 1859, el “evento de Carrington”, perderíamos la señal de los satélites, y con ella internet, GPS, las líneas telefónicas, las redes eléctricas, etc. Es decir, ni móvil, ni televisión, ni radio; toda la ciudad a oscuras, paralizados los hospitales, los bancos, la videovigilancia, los semáforos, el aire acondicionado, el metro, los ascensores... prácticamente todo quedaría interrumpido, desde los transportes hasta los servicios bancarios.
En resumen, se produciría una hambruna terrorífica, acompañada de un terrible caos social, precisamente en los países con sociedades altamente desarrolladas. Cuanto más avanzadas, mayor impacto. Curiosamente, sobrevivirían las tribus primitivas de África y de la selva amazónica.
Particularmente creo que ahora, una vez que nuestros gobiernos supranacionales han confirmado nuestra adaptación y sometimiento al confinamiento en casa, y nuestra resistencia en la calle y en las redes sociales, y antes de la Parusía o segunda venida del Señor a la Tierra, o coincidente incluso con la misma, el “evento de Carrington” se replique en nuestro planeta (el Sol acaba de emitir dos impresionantes llamaradas), y una enorme tormenta solar provoque intensas auroras iluminando el cielo, mientras extensas corrientes eléctricas recorren todo el mundo, la pregunta es: ¿estamos preparados para la próxima tormenta solar?

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