jueves, 2 de julio de 2020

CUANDO EL DIA SE VUELVE NOCHE.

LA GENTE SE PIERDE EN LA MARAÑA DE MENTIRAS.
Detrás de cada sigla se esconden intenciones, no precisamente “socialistas humanitarias”.
Detrás de cada sigla se mueven intereses, no precisamente “ecuménicos”.
Detrás de cada sigla, definidoras de “intenciones registrales”, se desarrollan y planifican políticas “grupales”, de un poder económico, de tal magnitud, que falta poco para que lleguen a ser “batutas ideológicas” de todo tipo de sociedad o estados.
El movimiento LGTB, en aras de la transparencia, debería “plasmar con toda claridad” su composición, sus agrupaciones territoriales, sus metas, sus organigramas de poder, sus cuentas auditadas, sus “caras multiformes, multiutilizadas y multifinanciadas”.
Los poderes políticos sociales, desde sus bases municipales hasta sus cúpulas de Estado, se someten por “miedo, temor, pavor” a sus condicionamientos y, cobardemente, lo adornan como la aceptación popular de nuevas ideas, en aras de la libertad de expresión.
Las manifestaciones dominantes LGTB no son “cultivos univérsitas salmantinos”, sino más bien una amalgama de mal gusto y aprovechamiento de los medios públicos... La historia les describirá, como sucedió en “Babel”, porque la naturaleza, eternamente sabia, recolocará, por bien de la humanidad, a cada uno en su sitio...
Algunos quieren borrar los sentimientos de “mamá”, de “hijo”, de “niño”, de “mujer”, de “belleza”, modificando los genes en cultivos interesados y finamente financiados...
Pequeños monstruos rodearán el falso progreso, basado en el engaño y en la masturbación personalista, vomitarán y harán ver la verdad a este mundo arrastrado por la “cobardía personal y colectiva”...
El respeto al individuo y su “personalidad” no puede dar pie a que un “movimiento segregacionista” entre en la casa de todos como un “elefante en una cacharrería”.

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