domingo, 7 de junio de 2020

TRABAJAR CUATRO DIAS Y LIBRAR 3 DIAS ESO ES LO QUE SE VA IR IMPONIENDO.

Trabajar cuatro días y librar tres, la nueva semana laboral que se abre paso tras la pandemia

Trabajar cuatro días y librar tres, la nueva semana laboral que se abre paso tras la pandemia

Los defensores de esta propuesta arguyen que este modelo de trabajo reducirá los contagios, disminuirá las aglomeraciones en el transporte público y a la vez, reactivará el consumo.

La pandemia del coronavirus cambiará la forma de trabajar y los horarios a a aplicar dentro y fuera de las oficinas y otros centros laborales. Además del teletrabajo, que ha llegado para quedarse en buena parte de las empresas, los expertos consultados prevén que la semana de cuatro días laborales y tres de libranza se acabe imponiendo a medio plazo. Cada vez son más las voces que se posicionan a favor de esta medida. La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, planteó hace unos días la posibilidad de introducir en su país la semana laboral de cuatro días para aumentar el tiempo libre y reactivar el consumo y la economía tras el confinamiento. También se han sumado a esta petición desde la principal patronal de Japón, Keidaren, que ha sugerido a las compañías que introduzcan esta medida junto con el trabajo en remoto y los turnos rotatorios para reducir los riesgos de transmisión del coronavirus y descongestionar el transporte publico. Dentro de España, la sección industrial de UGT ha propuesto el establecimiento de una jornada de 32 horas semanales repartidas en cuatro días para afrontar el nuevo escenario qu se abre en el sector del automóvil tras la pandemia.
De una encuesta realizada por Henley Business School en Reino Unido a 2.000 empleados y 500 empresarios ingleses se extrae que el 77% de los trabajadores observan un vínculo claro entre una semana de cuatro días y una mejor calidad de vida personal. Entre las ventajas que arguyen sus defensores se encuentran la posibilidad de que se produzcan menos contagios por el virus, que baje la aglomeración de personas en el transporte público y a la vez, una mejora de la conciliación familiar y más consumo y gasto por parte de las ciudadanos. Uno de los propulsores de esta medida dentro de nuestro país es la plataforma 4suma!, una iniciativa que surge en pleno estado de alarma con el objetivo de reivindicar la implantación de un nuevo paradigma laboral en aras de «reiventar la vida» y a la vez, aumentar la productividad en un momento crítico para las empresas y el mercado de trabajo.
«Ahora es un buen momento para plantear cambios, ya que las empresas, trabajadores y clientes están más abiertos a estos», explica la cofundadora de Ephimera e impulsora de la plataforma 4suma!, María Alvarez en conversación telefónica. «En nuestra empresa se nos planteó un problema al reincoporar de forma presencial a la plantilla tras las semanas de confinamiento por la necesidad de conciliacion al no haber colegio y por las dificultades para el desplazamiento en transporte público. Mi socia y yo llegamos a la conclusión de que la semana laboral de cuatro días resolvía parte del problema». «Además, uno de los grandes efectos de la reducción de la semana es que aumenta el consumo local, el turismo de interior, la facturación de la hostelería y los comercios de las ciudades. Esto es algo nos hace mucha falta en este momento», añade Álvarez.
Para José Canseco, profesor de RRHH en EAE Business School, este paradigma «es una evolución natural del mercado de trabajo». «Hace 100 años se trabajaba una cantidad ingente de horas y poco a poco, las jornadas se han ido reduciendo, de forma natural», señala. Canseco va más allá y cree que el mercado laboral va hacia jornadas de seis horas, pero recuerda que para llegar a esto, las plantillas deben ganar en productividad y eficiencia. «La tecnología tiene mucho que hacer, pero tambien los hábitos de trabajo», remarca el profesor de EAE Business School.
Además, Canseco coincide en que la pandemia del coronavirus ha servido para cambiar la mentalidad de muchos empresarios. «La pandemia ha puesto de manifiesto que gran parte de las compañías estaban preparadas para el teletrabajo y qie los que no estaban preparados, lo han hecho en una semana o en un fin de semana porque las circunstancias así lo han obligado. Aquellos que tenían un bloqueo mental o no confiaban en el teletrabajo porque creían que iba a ser menos productivo o la gente se iba a escaquear, han visto que la mayoría trabaja más y mejor», afirma. «Antes del Covid, España se encontraba a la cola del teletrabajo y a pesar de ello, las empresas se han adaptado en días ante la pandemia», añade la fundadora de 4suma!.
Por su parte, Silvia Pareja, senior manager de PeopleMatters, opina que a pesar de las numerosas ventajas, con este modelo laboral «puede resultar difícil hacer sostenible la mejora de la productividad» debido a la «necesidad de entrega en plazos más cortos, que derivan en estrés y agotamiento e incluso en una progresiva relajación del nivel de cumplimiento de objetivos.

Más costes salariales

Por contra, la semana laboral de cuatro días también puede acarrear una reducción de salario al disminuir el tiempo de trabajo. «No está tan claro, y hay algunos ejemplos en EE.UU., que si un profesional trabaja solo cuatro días frente a los cinco anteriores, cobre lo mismo. Lo lógico es que si el tiempo que alguien trabaja en una compañía es menor, se cobre menos», señala José Canseco, profesor de RRHH en EAE Business School. Además, Canseco cita una segunda desventaja: «No todos las actividades y profesiones pueden verse beneficiadas por este tipo de medidas». Sin embargo, la impulsora de 4suma! no está de acuerdo con que esto vaya a ocurrir. «Se viene reduciendo la jornada de trabajo desde el siglo XIX hasta hoy y los salarios han ido subiendo o bajando en función del momento de la historia, no de la jornada laboral. El esfuerzo que tenemos que hacer en España tiene que ir en la línea de mejorar la productividad, eso lo comparte mucho gente. En ese esfuerzo de mejorar la productividad hay margen porque los salarios bajos al final generan consecuencias negativas para la economía. Se trata no de precarizar más en la miseria, sino de hacer un esfuerzo coletivo utilizando este capital de la voluntad de todo elmundo para encontrar nuevas fórmulas».
Pareja habla de aumento de costes para las compañías. «Una reducción de 20% del tiempo trabajado manteniendo los salarios, puede incrementar los costes salariales en aquellas actividades que no dependen tanto de la motivación y cumplimiento de objetivos individuales, sino de cobertura de actividad por turnos o de horarios de apertura o atención a clientes», remarca. Sobre si es posible su aplicación, la senior manager de PeopleMatters explica que «podría ser viable en empresas o sectores concretos, pero no es generalizable a todos y, más en España donde el sector servicios tiene un peso muy elevado». «Hay otras alternativas como la flexibilidad, que no implican acortar la semana laboral un día, pero sí aportan ventajas o beneficios similares y palían las desventajas de una medida como ésta», argumenta.

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