viernes, 5 de junio de 2020

GÓMEZ DE CELIS DEJA EN EVIDENCIA A BATET Y PARA UN ATAQUE A LA CORONA.

Gómez De Celis deja en evidencia a Batet y para un ataque a la Corona

El vicepresidente primero del Congreso retira del acta un insulto de la CUP.

En vista de que sus intervenciones tienen más recorrido cuando incluyen ataques a la Corona, la portavoz de la CUP en la Cámara Baja, Mireia Vehí, volvió a utilizar ayer esta estrategia en el Pleno. Lo hizo por segundo día consecutivo -el miércoles aseveró que «tenemos una monarquía corrupta» durante el debate sobre el estado de alarma- y de nuevo en medio de un punto -la tasa Google- que nada tenía que ver con la Corona. «Cuando ayer se supo que la Monarquía quería dar un premio a los sanitarios empezó una campaña en Twitter que decía «No quiero premios de ladrones». Sugiero a la señora ministra que si los señores Borbones pasan por el Juzgado, vamos a tener más recursos
 para la educación, la sanidad y para lo que se quiera», atacó Vehí a la Corona.
El contexto era el mismo que el miércoles, pero ayer había una diferencia en la mesa presidencial. En lugar de encontrarse Meritxell Batet ordenando el debate, la sustituía el vicepresidente primero de la Cámara, el también socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. Éste decidió cumplir escrupulosamente el Reglamento y solicitar a Vehí que retirara sus agravios. La portavoz antisistema se negó y el político andaluz decidió retirar el insulto «ladrones» del Diario de Sesiones, tal y como establece el artículo 104.3.
Con esta intervención, Gómez de Celis dejó en evidencia a Batet quién hasta la fecha nunca ha intervenido en el Pleno cuando los diputados lanzan ofensas al Rey, pese a que así lo manda el Reglamento de la Cámara. El artículo 103 establece que sus señorías serán llamados al orden por la presidencia «cuando profirieren palabras o vertieren conceptos ofensivos al decoro de la Cámara o de sus miembros, de las Instituciones del Estado o de cualquiera otra persona o entidad». A ello se une que la retirada de las ofensas del Diario de Sesiones es ya un gesto puramente simbólico. Desde que las sesiones parlamentarias se graban de manera audiovisual, todo lo dicho por los diputados queda recogido en las actas escritas y las palabras retiradas figuran entre corchetes acompañadas de la decisión adoptada por la presidencia.

Ampararse en el Reglamento

La posición de Batet de no llamar al orden a Vehí el miércoles -como no lo hizo cuando la portavoz de Bildu, Mertxe Aixpurua, acusó al Rey de buscar una «contrarreforma antidemocrática»- no solo chocan con el rigor de Gómez de Celis, sino con decisiones adoptadas por ella misma. El miércoles de la semana pasada, sin ir más lejos, Batet se amparó en el Reglamento para pedir a la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, que retirara las palabras «hijo de terrorista» dirigidas al vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias. La dirigente popular se negó enseñando una información en la que el líder de Podemos señalaba que su padre había pertenecido al Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico (FRAP). Pero Batet decidió tomar la misma decisión que ayer Gómez de Celis y retirar dicha expresión del Diario de Sesiones por considerarla ofensivas. «Corrupto» y «antidemocrático», en cambio, no se lo parecen cuando van dirigidas a Felipe VI.
Dentro de este baile de criterio, cabe mencionar también el episodio vivido el jueves de la semana pasada en la Comisión para la Reconstrucción. Tan solo un día después de que Batet retirara las palabras de Álvarez de Toledo por ofensivas, el presidente del citado órgano, Patxi López, admitió que Iglesias acusara a Vox de querer «dar un golpe de estado» y se negó tanto a llamar al orden al líder de Podemos como a retirar esta acusación del Diario de Sesiones. Y ello pese a que así lo solicitó el portavoz ofendido, Iván Espinosa de los Monteros, que terminó abandonando la sesión en señal de protesta ante al ataque recibido.

Reacciones airadas

En este contexto de laxitud a la hora de frenar las ofensas que lanzan algunos socios del PSOE en la Cámara, el rigor de Gómez de Celis disparó ayer las quejas entre los aliados de Pedro Sánchez. El secretario general del Grupo Unidas Podemos, Txema Guijarro, acusó de «arbitrariedad» al vicepresidente primero y dijo no entender «que se haya evitado que haga una descripción de una campaña de internet». «Llegamos a unos niveles absolutamente insoportables», remató.
En línea similar, el diputado de ERC, Joan Margall, acusó al dirigente socialista de «estar vulnerando la libertad de expresión de los diputados» mientras el líder de Más País, Íñigo Errejón, admitió la potestad del vicepresidente primero para retirar las ofensas del Diario de Sesiones pero advirtió con sorna que será «más difícil retirarlo de la Fiscalía suiza». El ex colíder de Podemos aludía así a la investigación abierta a Don Juan Carlos. Todos ellos se posicionaron de este modo durante el pleno, por lo que sus quejas constarán en el Diario de Sesiones.
ESTO ES UN DISLATE.
 

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