EL PENSADOR
QUERIDA MARQUESA.
La marquesa feminista que es el ama de la pista, se apresura a llamar al marqués, susurrándole... ¡pardiez! ¿¿No oís a la casta, mi señor?... El marqués con voz chuleta, mientras peina la coleta, le dice a su compañera... Disfrutad mientras podáis de este castillo de ensueño, acompañando a su dueño... hasta que me canséis. Pero... querido, el populacho se acerca, ¿no lo veis? Pues... a mí la guardia ¡rediez!, ¿la guardia a vos?, ¿no lo pilláis? Mascarillas no les dais, se unen al populacho, llamándoos mamarracho. ¿Qué? ... Sí, adefesio, birria, esperpento, rufián... ¡uy! este último me suena... ¡Caramba, doña Iré! parece dicho por vos, que... sale de vuestra pequeña boca de poco diente... ¿Os estáis poniendo en contra? Si así es, ¡haced equipaje, so tonta! ¡No! mi adorado dictador. Pues callaos, será mejor. De este feudo soy señor. Confinaré a esos truhanes, les negaré sus derechos, me servirá de provecho. Será un arresto impuesto, y tristes y decaídos, cuando vuelvan a salir, trabajarán para mí. De momento esto es un cuento, ¿se puede hacer realidad?, debemos poner empeño, cantando a la Libertad.
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