domingo, 31 de mayo de 2020

QUE NO CALLEN LOS VIVOS LA CAUSA DE SUS MUERTOS

EL PENSADOR
 
8 DE MARZO EL CÉNIT DE LA SIEMBRA DEL CORONAVIRUS
Por si alguien se estuviera preguntando por qué España sigue siendo el país con más alta tasa de contagiados por millón de habitantes, o por qué es el que presenta el más alto porcentaje de trabajadores sanitarios contagiados o por qué siguen muriendo por coronavirus tantos ancianos en residencias públicas o privadas, y todo ello a pesar de los cincuenta días de confinamiento estricto de la población, la causa hay que buscarla en la desastrosa gestión de la pandemia por parte de este Gobierno, pero más concretamente en una fecha, la del 8 de marzo. Y ello por un evento que tuvo lugar ese día, y es la manifestación en Madrid con motivo del Día de la Mujer Trabajadora. Y voy a intentar justificar razonadamente esta afirmación.
Como es sobradamente conocido a día de hoy, desde primeros de febrero el Gobierno de la nación recibió numerosos avisos (se habla de 22) procedentes tanto de organismos nacionales como internacionales, advirtiendo de la gravedad y fatales consecuencias que podían derivarse de la extensión de la epidemia por coronavirus si no se adoptaban medidas drásticas e inmediatas para preservar del contagio a la población.
Como asimismo se sabe ahora, y por motivos exclusivamente ideológicos, el Gobierno de España decidió ignorarlos hasta después de la celebración de la citada manifestación. En esa misma fecha se llevaron a cabo, en distintas localidades españolas, una serie de eventos multitudinarios que, por idéntico motivo, también debieron ser suspendidos. Algunos de ellos dependían del correspondiente permiso gubernamental, que también se les concedió.
Como ahora se sabe, varios políticos y/o ministros del propio Gobierno presentes en ese evento resultaron contagiados (y, a su vez, sin duda, contagiaron a personas de su entorno). A partir de aquí es de todos conocido, entre otras cuestiones, que, pasados dos meses desde el inicio de esta crisis, sigue sin haber suficientes equipos de protección para los colectivos (sanitarios, policías, militares...) que los necesitan para desarrollar su importante labor, que siguen sin efectuarse ni en cantidad ni en calidad suficiente los tan anunciados como necesarios test, etcétera. Estimo que con lo enunciado hasta aquí queda más que justificado que el origen de todos los citados “males” que nos aquejan y que hasta la fecha no han podido ser atajados tiene una fecha cierta e inequívoca: el 8 de marzo.
En resumen, se puede concluir sin temor a equivocarse que debido a esa grave negligencia España contabiliza, hasta la fecha, varios miles de muertos y contagiados más de los que en circunstancias normales le corresponderían. Y siendo este un país cuya forma de gobierno es la democracia, corresponde a sus ciudadanos (entre otros) demandar a sus dirigentes las responsabilidades que, por acción u omisión, les sean exigibles. Así pues, dadas las gravísimas consecuencias de esa negligencia gubernamental, corresponde, más pronto que tarde, proceder a la interposición de una demanda judicial de carácter penal contra los presuntos responsables, liderados por el presidente Sánchez, aunque solo sea con la bienintencionada finalidad de que los muertos derivados de la misma no lo hayan sido en vano.

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