lunes, 4 de mayo de 2020

COLAS DE DOS KILÓMETROS DESDE LAS SIETE DE LA MAÑANA PARA COMPRAR PRODUCTOS DE PELUQUERÍA.

Colas de dos kilómetros desde las siete de la mañana para comprar productos de peluquería

Colas de dos kilómetros desde las siete de la mañana para comprar productos de peluquería

Hoy abre sus puertas el comercio minorista y de servicios profesionales como peluquerías. Lamentan que las órdenes del Gobierno con las indicaciones de cómo actuar hayan llegado a última hora de ayer

La falta de margen que dio el Gobierno para abastecerse hizo que muchas peluquerías no pudieran abrir y que sus dueños se presentaran al alba al centro del provisión de productos Comercial Rubio, en Alcorcón.

El ambiente festivo que suele haber en las peluquerías, con la música a gran volumen y el continuo desfile de clientes disfrutando frente al espejo de la «obra» ante la mirada interrogante del peluquero, no se ha visto hoy en estos locales.
Con los asientos separados, incluso a algo más de dos metros de distancia, y pequeños botes gel hidroalcohólico en sus mesitas correspondientes, recibió Fran Amaro, en la peluquería que lleva su nombre, a Josefina, su primera clienta desde que se decretó el estado de alarma.
Fran lo tenía todo preparado: batas desechables para los clientes, bolsas para desinfectar los cepillos y brochas tras cada uso, plásticos para cubrir los abrigos y hasta una habitación aparte por si acudía algún cliente vulnerable. Atendió a Josefina con mascarilla y pantalla, al tiempo que mantenía una pelea con el vaho generado por su respiración. «No sé si puedo decir que estoy contento; más bien siento tristeza, estoy yo solo y aquí generalmente se han juntado 30 personas, con gente a veces sentada esperando en la escalera. Esto no volverá a ocurrir lamentaba.
Fran consiguió abrir con ayuda de las guías preparadas por la Asociación de Peluqueros y de L'Oreal. Esta última firma la elaboró en función a lo dictado por la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa). El Gobierno publicó la orden que establecía las condiciones de apertura tan solo 24 horas antes. «Dijeron que se podía abrir con las medidas de seguridad, ¿pero cuáles?».

«He hecho 30 kilómetros para comprar material y sigo esperando»

La falta de margen para abastecerse que ofreció el Gobierno hizo que muchas peluquerías no pudieran abrir, y que los dueños de otras se presentaran al alba a un enorme comercio de provisión de productos de peluquería, Comercial Rubio, en un polígono de Alcorcón, donde se formaron colas de, al menos, dos kilómetros. «Estoy desde las 8, son las 12», se lamentaba Isabel. «He venido de San Martín de la Vega, he hecho unos 30 kilómetros para comprar y sigo esperando», contaba una peluquera. «Vino la policía a pedirnos que mantuviéramos las distancias», contaba Rocío. Las caras de preocupación eran indisimulables, tampoco podían esconder su desazón por no poder abrir, por tener que esperar durante horas para hacerse con material, incluso hubo alguna discusión con los dueños del establecimiento porque no los dejaban pasar al baño. A ABC tampoco se le permitió el ingreso y no especificaron cuánta gente habían atendido durante toda la mañana. Un peluquero maldecía porque tampoco tenía garantías de que pudiera llevarse algo. «Nos dan una caja de guantes, dos paquetes de toallas y tres capas desechables por persona».
Maya Balanyá
Maya Balanyá

Pérdidas de 45.000 euros de facturación

Fran Amaro tiene a 343 personas en lista de espera, y más que se sumaban cuando veían las luces encendidas. Primero entraron dos mujeres pidiendo cita y luego un hombre. «En cuanto tengas un hueco avísame», le pedía. Él apuntaba amablemente a todo el mundo, sabiendo que la adjudicación de turnos será lenta. Confía en que el cambio de fase -previsiblemente la semana que viene- le permita contar con más trabajadores y más clientes (la fase 1 abre un poco más la mano y establece que se reduzca al treinta por ciento el aforo total en los locales comerciales). «Siempre manteniendo las distancias», repitía Fran como un mantra, casi como hace toda la ciudadanía. Por el mes y medio de cierre calcula haber perdido hasta 40.000 euros de facturación. Por eso aplaudía la medida solicitada por el sector de una reducción del IVA al 10 por ciento, «que podría producir una inyección de 451 millones de euros en un sector que durante 2020 tendrá pérdidas por 1280 millones», señalaban en un comunicado firmado por peluquerías y asociaciones.
La primera clienta de Amaro tampoco entró eufórica pero sí esperanzada. Había pasado antes por el hospital porque su marido tiene problemas inmunológicos, se duchó y se presentó, puntual, a las diez en punto en la peluquería. «Veo algo de luz, de esperanza, poco a poco se van abriendo los comercios, me da hasta envidia porque yo trabajo en una agencia de viajes y esto está muerto».

Mascarillas 3D

El ambiente era algo más animado en el caso de Oculto Hair Club, peluquería ubicada en la calle Zurbano. Había más trabajadores, en concreto, cuatro divididos en dos turnos. «Antes coincidíamos todos al mediodía, ahora ya no, y parte del turno se usa para desinfectar el puesto», contaba a ABC uno de sus dueños, Elias Pedrosa mientras terminaba de secarle el pelo a una clienta. Bastante más alejada estaba Tamara, haciéndole color a Rebeca. «Estoy muy contenta, no esperaba la hora de venir, a las 9 en punto ya estaba aquí», relataba a ABC mientras meneaba su cabeza frente al espejo y se acomodaba la melena blanca. Tamara aseguró que pese a que le costó dormir por los cambios de horarios del confinamiento se levantó con ganas. «Me sentí con los nervios del niño que se enfrenta al primer día de clase tras las vacaciones».
Pedrosa y sus socios también siguieron las indicaciones de la guía de Loreal e, incluso, fabricaron sus propias mascarillas, muchas de ellas usadas en hospitales, según el peluquero. «Nos las han hecho con una impresora 3D», relataba mientras enseñaba el material, que nada de parecido tenía a una mascarilla convencional, de plástico, con rendijas en el centro y de un azul y negro eléctrico: «Queríamos algo más pro», contaba.
«Estoy contento porque pudimos abrir, al principio se siente inseguridad pero ahora me siento confiado, hay espacio de sobra y por eso me siento cómodo. Además, me da la sensación de que no ha pasado tanto tiempo», concluía Pedrosa.
AHORA SÍ QUE SE PUEDE PROPAGAR POR ESTAS ABSURDAS MEDIDAS.

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