OH, SEÑOR DE LA COMUNICACION
Oh, dios del mensaje veloz,
de tu absoluta verdad, de tu pensamiento único,
del control de la comunicación,´
guardián de los intereses de tus señores,
fiel servidor del poderoso,
castigador del osado harapiento,
del pensamiento descontrolado,
motor de las ideas preestablecidas
para dominar al pueblo gregario,
velador de las armas del mensaje
unidireccional, interesado,
sometido a los cánones del pasamiento
algorítmico, del laboratorio
de la voz metálica, de la música rítmica,
mística del desconcierto de la insolidaridad,
el dios Mercurio, mensajero de dioses,
de mil argucias te vales, desconcertante
taimado y ladino, sabio,
vengativo, silencioso y delirante
tú, gran buscador de felicidad,
riqueza, consultor del afligido,
alivio de corazones deprimidos,
proveedor de elixires misteriosos
de sonrisa , dolor y muerte,
tan imprescindible que sin ti el día
no tiene sentido, tú lo sabes bien, lo intuyes, aconsejas,
pero quien no sigue tus reglas muere en el olvido
del presente y de la historia reciente.
No me atrevo a decir tu nombre de todos bien sabido
por temor a la cruel represalia del anonimato,
no me forcéis a decirlo, lo callaré para vivir con cierto alivio.
Oh, señor cuán grande es tu poder, a tus pies me rindo,
que engrandeces o empequeñeces a tus siervos siempre con sigilo.
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