EL PENSADOR
UN DESCONSUELO PARA SERES QUERIDOS.
En estos días de reclusión y solidaridad, me acuerdo mucho de esas personas que están despidiendo a sus seres queridos en la más absoluta soledad.
Perder a un familiar, un amigo, un vecino o simplemente un conocido es un momento muy triste, pero no poder darle el último adiós es simplemente trágico.
Todos tenemos derecho a ello, es un consuelo para los que quedamos y un homenaje para los que se van.
No me puedo imaginar la tristeza, el dolor y la soledad de todos los familiares que ven como esa persona, que formó parte de muchas vidas, se despide de todos casi de una forma clandestina.
Mando mi pésame, mi apoyo, un montón de besos, mi hombro, en fin, que podáis dar el recuerdo a vuestro ser querido cuando todo esto pase.
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