domingo, 2 de febrero de 2020

¿QUIÉN ME VA ALIMENTAR SI NO TENGO TRABAJO?

EL PENSADOR
 
IMPUESTOS A LOS ROBOTS QUE QUITAN TRABAJO
La automatización nos permitiría desarrollar actividades vocacionales y, en la industria, debería ser total considerándosela bondadosa. El problema estaría en la alta facilidad productiva y su sostenibilidad. Pues su aumento, junto al de la población, llevaría a sobrepasar los picos de producción de materias primas. Por otra parte, el ser humano necesita estar ocupado, vivir, socializar y soñar. Esto exige que pueda obtener posibles económicos por y para su actividad. Si el asalariado tradicional desapareciese, ¿cuáles serían las nuevas ocupaciones? ¿Cómo se repartiría la riqueza? ¿Cuál sería el nuevo modelo impositivo? La nueva civilización necesita un nuevo contrato social.
En el sector servicios, la automatización bondadosa sería aquella que, al final, realiza el servicio de persona a persona justo al momento. Imaginemos una: un restaurante tiene la cocina totalmente automatizada con el chef programando, pero los camareros atienden a los clientes de persona a persona justo al momento. Por el contrario, una máquina expendedora de comida y bebida sería una automatización muy poco bondadosa. Otro ejemplo: una editorial de prensa diaria realiza automáticamente su edición con mínimo personal; pero, como la persona que atiende el quiosco y vende el periódico lo hace de persona a persona y justo al momento, sería una automatización bondadosa (aún lo sería más si el quiosquero/a cobrase la suscripción a la edición digital tecleando en un datáfono el número del móvil del usuario y el pago que realiza, recibiendo el cliente la clave de acceso y la duración de su validez mediante un SMS). Otro ejemplo: una pescadería, mediante videoconferencia de persona a persona, vende el pescado mostrándolo justo al momento.
Las automatizaciones no bondadosas deberían tener un impuesto ISA al servicio automatizado. Y, en general, si existiese un buen nivel de automatización se habría de cambiar a un modelo impositivo sobre la productividad por empleado (sea este fijo, temporal, o externo). Pero como así se castigaría la automatización que se desea para la industria, habría que castigar en lo contrario: la baja productividad por empleado (que ya es castigo en sí). Conclusión: habría que castigar las medianías en la productividad por empleado. Lo que estimularía a la industria a obtener gran productividad por empleado, y animaría al sector servicios a emplear librándose del impuesto ISA con una automatización bondadosa. El sistema impositivo debe innovarse con el fin de estimular la automatización industrial y facilitar el empleo en los servicios. Pues con datos, algoritmos e inteligencia artificial se va a disponer de lo necesario para la regulación de premios y castigos..

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